Repulsiva atracción
“Uno aprende precisamente cuando accede a los extremos y por eso el arte debería tender a los extremos. El artista tiene que ver siempre debajo de la superficie, evitar todo aquello que tranquiliza.” David Cronenberg.
Cronenberg es maestro del horror corporal, y las constantes de su obra son las mutaciones, la infección, la intrusión parasitaria, la mezcla física entre el hombre y lo que lo rodea. Sus películas gore de los años 70 distaban mucho del cine de explotación propio de la época, y el director lograba introducir en ellas ciertos apuntes sociales, reflexiones existenciales y hasta algunos planteos metafísicos. A lo largo de su carrera, Cronenberg ha apostado a los límites, explorando las dualidades rechazo/seducción, miedo/atracción, placer/dolor, buscando despertar sensaciones encontradas en su audiencia; es cierto que no siempre lo lograba, su filmografía ha sido irregular e incluso ha llegado a pergeñar películas abiertamente impresentables como Fast company o La zona muerta.
Pero más abundantes han sido sus grandes momentos: Cromosoma 5, La mosca, Pacto de amor, El almuerzo desnudo, Crash, M. Butterfly, Una historia de violencia y, por supuesto, Promesas del este. Otros de sus filmes son considerados por algunos como obras de culto: Shivers, Rabia, Scanners, Videodrome, eXistenZ. Cronenberg es meritorio en su extraña facultad de saber transmutar una situación aparentemente desagradable en algo inquietantemente placentero. Según sus propias palabras: “El artista quiere darte lo que tú no sabes que quieres, algo que la próxima vez ya podrás saber que te gusta, pero que nunca supiste que querías”. Sus intenciones van más allá de lo político, ya que apunta al inconsciente, a despertar atracción por lo moralmente ambiguo, a tocar y remover las conciencias, molestar y descolocar, y por consiguiente, a hacer pensar, cuestionarse a uno mismo, a sus instintos y a su demandante corporeidad. No son pocos los que expresan un abierto rechazo hacia sus películas y que, sin embargo, acuden a las salas al estrenarse un nuevo filme de su autoría, como hechizados por un efluvio maligno.
Cronenberg ha llevado sus obsesiones a través de los géneros fantástico, ciencia ficción y terror, aunque sus últimas películas se apoyen en los terrenos del drama o del thriller: Spider, Una historia de violencia, Promesas del este. Desde que recurre a Viggo Mortensen para los protagónicos (a partir de Una historia de violencia) las cosas parecen irle de maravilla. Hubo quienes creyeron ver una crítica a la sociedad norteamericana en Una historia de violencia, pero lo cierto es que el subtexto de violencia explayado puede verse reflejado en cualquier sociedad. Si los apuntes de tipo social se desprendían de ella como si se tratase de una fábula, en esta flamante Promesas del este, el planteo remite ya desde su ambientación al cine social. Cronenberg inserta la película en un submundo oculto, presentando abiertamente la violencia latente, la continua tensión presente en una mafia suburbana. Algo huele a podrido en el estado de bienestar, parece decir Cronenberg, plasmando con inusual destreza un entorno nutrido por la prostitución y el desamparo, desnudando formas de esclavitud existentes, de esas que no pueden verse en la superficie pero que subyacen, inamovibles.
Se ha dicho que las dos últimas películas de Cronenberg son realistas, y esto es otro craso error. Si las ambientaciones de sus últimos filmes son creíbles y muchos de los comportamientos expuestos son innegablemente humanos, a partir de Una historia de violencia el director ha dado un nuevo viraje en sentido inverso: antes utilizaba protagónicos de bajo perfil, débiles y temerosos, y en estas nuevas películas, por el contrario, los concibe valientes, sagaces y fuertes, asemejándolos más a caracteres extraordinarios, propios del cine de géneros.
Otro aspecto novedoso de las dos últimas películas de Cronenberg es el uso de la violencia, también característico de géneros específicos. Crudos estallidos de violencia localizada y de breve duración, de apariencia verosímiles pero asimismo impensables en otro entorno que no sea el cine. Es el tipo de violencia típica del film noir, que puede remitir a Fritz Lang pero cuyo mayor ejecutor fue, en los años sesenta, Jean Pierre-Melville. En Promesas del este el personaje encarnado por Mortensen logra defenderse desnudo del ataque de dos hombres armados con cuchillos, en Una historia de violencia asesinaba sorpresivamente a tres guardaespaldas en apenas unos segundos. Es en estas escenas que Cronenberg recuerda que no es otro más que él quien está detrás de cámaras, y los nada concesivos excesos de violencia explícita retrotraen a las viscosidades, a los caudales de sangre y a las mutaciones orgánicas que surcan su obra. No es casual que en Promesas del este Viggo pelee desnudo en el sauna, no en vano existe una homosexualidad latente entre el personaje Nikolai (Mortensen) y Kirill (Vincent Cassel), en los degollamientos varios, quizá excesivos para buena parte del público y en la escena voyeurista en que Kirill obliga a Nikolai a tener sexo con una prostituta para poder confirmar así su “hombría” vuelven a asomarse las fijaciones del director. Cronenberg recuerda que la exhibición carnal, lo desagradable y lo insistentemente incómodo es, asimismo, rabiosamente atractivo.
Otro aspecto novedoso de las dos últimas películas de Cronenberg es el uso de la violencia, también característico de géneros específicos. Crudos estallidos de violencia localizada y de breve duración, de apariencia verosímiles pero asimismo impensables en otro entorno que no sea el cine. Es el tipo de violencia típica del film noir, que puede remitir a Fritz Lang pero cuyo mayor ejecutor fue, en los años sesenta, Jean Pierre-Melville. En Promesas del este el personaje encarnado por Mortensen logra defenderse desnudo del ataque de dos hombres armados con cuchillos, en Una historia de violencia asesinaba sorpresivamente a tres guardaespaldas en apenas unos segundos. Es en estas escenas que Cronenberg recuerda que no es otro más que él quien está detrás de cámaras, y los nada concesivos excesos de violencia explícita retrotraen a las viscosidades, a los caudales de sangre y a las mutaciones orgánicas que surcan su obra. No es casual que en Promesas del este Viggo pelee desnudo en el sauna, no en vano existe una homosexualidad latente entre el personaje Nikolai (Mortensen) y Kirill (Vincent Cassel), en los degollamientos varios, quizá excesivos para buena parte del público y en la escena voyeurista en que Kirill obliga a Nikolai a tener sexo con una prostituta para poder confirmar así su “hombría” vuelven a asomarse las fijaciones del director. Cronenberg recuerda que la exhibición carnal, lo desagradable y lo insistentemente incómodo es, asimismo, rabiosamente atractivo.
Publicado en Brecha, 9/5/2008
¡Qué buen post! Soy amante incondicional de Cronenberg y tu análisis me parece poderoso, sólo que yo sería más condescendiente con The dead zone, debido a que, a pesar de notarse un impulso ajeno a la creatividad del realizador (por parte de guionistas y productores), se puede ver cómo Cronenberg era capaz de ajustar esas premisas a las suyas que implican mutación=cambio de personalidad como en La Mosca, es a debatir.
ResponderEliminarAdemás es importante rescatar sus dos mediometrajes Stereo y Crimes of The Future que no se parecen mucho al cine gore que hizo inmediatamente después y nos acercan más aun mundo hermético y enclaustrado como en Spider o Crash... Eastern es una maravilla y, a pesar de alejarse en el contenido al cine de Croneneberg, sigue apareciendo la matemática subyaciente a sus otros filmes
Como bien dices, este film es una verdadera obra maestra. Un Vigo que nos recuerda la actuación clásica y un Cronemberg que derrocha talento. Saludos!
ResponderEliminarMe gusta más tu comentario, Faraway, que la propia película.
ResponderEliminarLa he visto dos veces ya, y he de confesar que no le veo tantas virtudes.
Incluso diría que la nominación de Vigo al premio oscar para el mejor actor me parece desproporcionada.
Es una película correcta, bien hecha, pero que en absoluto toma partido de forma clara, resultando ambigua en exceso. Quizás eso sea una virtud que yo no sepa apreciar. Pero queda demasiado oculto el poder del "pater familias" y por descontado, demasiado críptico el final.
El tratamiento de la violencia es correcto, pero no se distingue especialmente de cualquier otra película al uso, siempre hablando de un nivel aceptable, pero no notable.
Supongo que será cuestión de gustos, pero no me acaba de convencer; por eso ni me planteé comentarla, pues no puedo decir que no me guste nada, pero probablemente pase a engrosar la lista de olvidables.
Un abrazo.
Diego, me quedan por ver los mediometrajes y cortos de Cronenberg, pero en cualquier momento elimino el bache y me veo los 3 al hilo.
ResponderEliminarThe dead zone no me dijo absolutamente nada, menos aún que la novela, y tengo un recuerdo bastante pobre de ella. Capaz que se me fue la mano con lo de impresentable, pero bueno, tampoco tengo ganas de volver a verla para confirmarme. Gracias por tus palabras.
Budokan, veo que sos otro fan. Para mi gusto no llega a obra maestra, pero me alegra que la hayas disfrutado tanto.
Josep. Yo no soy tan entusiasta de Eastern, como veo que son diego l. y el maese Budokan, y no la defendería a golpes de puño. Le pondría 4 asteriscos en 5, o 8 puntos en 10, o un "Muy buena!" y punto.
En lo que creo que difiero más contigo es en lo que decís de Viggo, para mi gusto un actorazo. Al principio me costó darme cuenta que era él, de tan bien que le calzó el papel de seudo-ruso mafioso.
El final es bastante abierto, (no sé si críptico sea la palabra), pero queda claro que Viggo va a quedar al mando de la organización (a nivel local al menos) y que va a explotar su vínculo homosexual con Kiril para su propio provecho. De seguirse la película, es probable que se transformara definitivamente en mafioso (al fin la mutación es una fijación de Cronenberg), pero al ser final abierto, lo que pueda suceder queda en nuestras manos.
Gracias Josep por tu comment, y por leerme aunque no sea tema que te entusiasme.
Una pregunta ¿Por qué viste la peli dos veces?
Un abrazo.
Bueno, faraway, pues ví la película dos veces porque, vista en el cine, leí una serie de comentarios ensalzándola sin comprenderlos. Pensé que no había sabido captar algo. De modo que, cuando salío el dvd, lo alquilé para revisarla; y me confirmó en mi primera sensación. Para mí no llega al notable, aunque sea un aprobado alto, o sea, un seis peladito. Buena ambientación, buena historia, pero le falta algo de fuerza y claridad, quedando a medias. ese final abierto, como tú dices, no me gusta; prefiero que el director se moje en casos como éste, ya que la condición del protagonista, apuntada levemente pero apuntada al fin y al cabo, es un condicionante de peso en su forma de actuar a lo largo de toda la trama. Para una temática de "topos", prefiero con mucho Infernal Affairs (al tiempo que deploro su remake Departed)
ResponderEliminarSiempre es un placer leer tus críticas, aunque no esté de acuerdo con ellas, como es el caso.
Si todos tuviéramos el mismo gusto, habría cineastas que pasarían mucha hambre... :-)
Un abrazo.
Hace tiempo que quiero verla y cada vez tengo más curiosidad.
ResponderEliminarY aunque no tiene nada que ver con esto, recomiendo Speed Racer, película desconcertante pero que tiene mucho que ofrecer a los cinéfilos sesudos.
Saludos.
bajo mi punto de vista, también merece el calificativo de "muy buena". me gusta el final abierto, no creo que sea críptico, y también me gusta el trabajo de Viggo, incluso más conseguido que en Una historia de violencia.
ResponderEliminarSaludos!
Josep, concuerdo contigo respecto a Infernal affairs, y en que la remake es bastante pobre en comparación.
ResponderEliminarSobre los gustos, debo decirte que soy un ávido lector de críticas de cine, y nunca en mi vida encontré a ningún escriba con el que concuerda plenamente. Es imposible estar de acuerdo en todo con alguien, y como bien decís, eso tiene su gracia.
Imágenes y palabras: gracias por estar por acá. Speed racer es la gloria! Me gusto muchísimo, sobre ella ya escribí una escueta crítica para el medio en donde trabajo, que estaré publicando en breve en el blog. Gracias por dejar tu comment.
Bueno, Yorgos, veo que estamos igual en esta. Ultimamente coincido contigo bastante.
Abrazo para todos!
Muy buen artículo. Promesas del Este me gustó mucho. Y coincido en que el giro, por decirlo de alguna manera, que Cronenberg le dio a su carrera en las últimas películas es muy interesante. Lo muestra como un tipo inquieto, que lejos está de querer hacer la plancha sobre logros pasados.
ResponderEliminarYo sí vi una crítica a la sociedad estadounidense en Una historia violenta. Es cierto, como decís, que el subtexto de violencia explayado puede verse reflejado en cualquier sociedad. Pero creo que, por ejemplo, aquella gran escena en la que Tom Stall sale del hospital luego de la masacre en el café y es recibido como un héroe remite fundamentalmente al Estados Unidos profundo.
Saludos
Cronenberg es mi director de cabecera. Creo q La Zona Muerta es un buen fil, aunque ciertamente algo mas comercial, pero es q un libro de Stephen King le viene como anillo al dedo. Y en cuanto a Una Historia De Violencia y Promesas Del Este, el autor explora ni mas ni menos que una de las parcelas más oscuras y deplorables de la naturaleza humana, si, eso de que el hombre es un lobo para el hombre.
ResponderEliminarMe ha encantado el blog. Estais linkeados en BuNkErSoNiCO.blogspot.com
Por cierto, alguien sabe algo de la ópera q estaba preparando de LA MOSCA con Plácido Domingo?
Hay veces que olvido responder en posts antiguos, así que es hora de paliar la omisión.
ResponderEliminarAndrés, está muy bien lo que decís de la norteamérica profunda. Yo lo nombraba sobre todo porque he leído reseñas en donde se señalaba específicamente que es una denuncia alegórica a ciertos vicios yankis, y me pareció algo muy proyectivo, algo muy de quitarse de encima los males propios. Un abrazo y te felicito por tu blog.
Lorbada: había escuchado sobre esa bizarrada de La mosca, y la verdad, muero de curiosidad. Esa ópera sí que pagaría por verla. Me alegro que seas un fan del gran Cronenberg, y también te felicito por tu blog. De verdad me alegra mucho tener visitas de este calibre. Un abrazo!