viernes, 29 de mayo de 2009

Los extraños (The strangers, Bryan Bertino, 2008)

Sembrando el pánico

Cuando una película dice estar “basada” en hechos reales suele tener un par de asideros concretos, quizá hasta una anécdota principal verídica. Pero cuando dice estar “inspirada” en hechos reales, debe interpretarse que cualquier elemento de contacto con la realidad será mero fruto del azar y que, en principio, los realizadores escribieron una historia como cualquier otra. La afirmación suele ser utilizada para darle a una obra cierto estatus de seriedad y trascendencia, y conviene desconfiar a priori de esa clase de anuncios engañosos.
Como rememorando el clásico de culto The Texas chainsaw massacre (Hopper, 1974), esta película comienza con títulos en un fondo negro que dan cuenta de la inspiración en hechos reales mientras una voz grave y enfermiza reafirma lo que puede leerse. Inmediatamente títulos y voz agregan que, según cifras del FBI, en Estados Unidos se cometen 1,4 millones de crímenes violentos por año. Los dos datos juntos actúan como llamadores del miedo: no sólo lo que está por verse tiene un asidero real, sino que además ocurre casi todo el tiempo; de hecho podría ocurrirte a ti en cualquier momento, incrédulo espectador.
La película muestra entonces a una pareja que es acosada y atacada en una casa de vacaciones por tres seres enmascarados que los visitan con la sana intención de atemorizarlos, torturarlos psicológicamente y luego asesinarlos a sangre fría. Lo llamativo del asunto es que, considerando los consabidos títulos, esta circunstancia atípica quiere hacerse pasar como algo normal, de existencia casi cotidiana. El mismo informe del FBI del que se tomó la cifra de los 1,4 millones, aporta también otros datos: solo 17 mil son asesinatos, y cabe señalar que apenas una ínfima parte de ellos ocurre tras la intrusión de delincuentes en una casa habitada. Lo cierto es que el informe arroja cifras del año 2007, y el hecho real en el que se “inspira” la película es de 1981. Por lo visto al director y guionista debutante Bryan Bertino no le pesa en la conciencia que su público asocie la monstruosa cifra con lo que muestra en pantalla, y que quizá algunos puedan actuar en consecuencia. Pero claro que Bertino no hace otra cosa que lo que hacen los medios de comunicación todo el tiempo: reafirmar la paranoia, la imperante sensación de inseguridad y el enclaustramiento.
Para los que no nos gusta que pretendan manipularnos con retórica barata, ese comienzo ya basta para que la película anule sus pretensiones de gravedad y seriedad, que a su vez parecen querer verse reforzadas en cada fotograma. Como película realista Los extraños es inverosímil, utiliza demasiados recursos de género -abundan los clichés y se utiliza exageradamente una música estridente- y como entretenimiento genérico es muy detenido y llano en su narrativa.
Si bien es cierto que esta película podría considerarse original en los Estados Unidos, existen otras que parten de una premisa exactamente igual, y que son sobradamente mejores. Entre otras tantas la austríaca Funny Games (Haneke, 1997), o la francesa Ils (Moreau, Palud, 2006). Queda claro que el realizador vio ambas obras, y que no entendió nada.


Publicado en Brecha 29/5/2009

jueves, 21 de mayo de 2009

Top five (+ bonus track) (VI)

Esta selección no se anda con medias tintas. Es musical, y musical con ganas. Los que no gusten del género ya pueden ir buscándose otro post en otro blog. Claro que podrían pasar directo al final, una inyección de violencia gratuita, como ya es costumbre.

Ajab si - Om shanti om

Debo decir que andaba muy temeroso de asomarme por Bollywood, pero los amigos de Allzine me convencieron de dar ese paso cuando votaron como segunda mejor película del año a Om shanti om. Ahora soy un maldito adicto. No es ni de lejos la mejor parte musical de la peli, pero tuve que elegir una corta y supongo que esta es la que mejor queda.



Epiphany - Sweeney Todd

Ya veo que por ahora soy el único que viene votando en la encuesta de acá arriba a Sweeney Todd como la mejor película de Burton. Me hacen el favor y le meten algún voto más... Hay que verlo al endemoniado de Johnny Depp asegurando que todos merecemos morir y blandiendo esa navaja, totalmente desquiciado. Baaaad motherfucka.



Wise up - Magnolia

Y era sólo una cuestión de tiempo que acabara colgando este fragmento. No entiendo porqué no lo hice antes. Admito que formo parte de ese grupo de sentimentales pelotudos que llora automáticamente cuando los personajes de este imponente ejercicio coral se ponen a cantar al unísono. Y después vienen las ranas... brutal.



Piano duet - The corpse bride

Y otro Burton más, porque además este post no podía quedar sin al menos un fragmento animado. Danny Elfman es un jodido genio.



Put on your sunday clothes - Hello Dolly!

Aquí es donde menos deberían asomarse los insensibles que no gustan de los musicales. Admito que todavía no vi la peli. Pero me enamoré de la canción cuando vi Wall-E, y ahora ardo de ansiedad por verla. A juzgar por este fragmento se nota que desborda clasicismo por todos sus fotogramas.


Videos tu.tv


Bonus track - Wang Yu a los palos

Si de mi dependiera pasaría el resto de mi vida viendo películas de la Shaw Brothers. Hace poco le tocó el turno a este sangriento clásico que es The chinese boxer, con el gran Jimmy Wang Yu actuando y dirigiendo. ¿Coincidencias con Kill Bill? No, para nada...

viernes, 15 de mayo de 2009

El reino prohibido (The forbidden kingdom, Rob Minkoff, 2008)

Tres maestros y un wuxia


El wuxia-pien o ficción marcial de caballería es un género cinematográfico de largo historial en Asia -de hecho Burning of the Red Lotus Monastery, la primer película wuxia china, data del año 1928- y fue dado a conocer en occidente recientemente por la mano de Ang Lee con El tigre y el dragón, y más adelante por Zhang Yimou con Héroe y La casa de las dagas voladoras. El género se diferencia del cine de kung-fu por tener presente el factor fantástico, y allí las espadas, la magia y las artes marciales son la moneda corriente. Si en una película de artes marciales se ven chinos levitando, o uno de los contrincantes da muestras de poseer poderes sobrenaturales, seguramente se trate de un wuxia.
He aquí un notable ejemplo. Claro que en este caso el género ha sido usurpado por Rob Minkoff, un director estadounidense que supo filmar basura (La mansión embrujada, Stuart Little y su secuela) así como algún despliegue visual bastante digno (El rey león). Pero lo curioso es que apenas se nota que la película fue rodada por un occidental, y Minkoff ha sabido recrear con admirable fidelidad el espíritu épico de esa clase de aventuras. Desde la notable introducción de créditos que homenajea a varios de los grandes (Bruce Lee, Gordon Liu, Hui Ying-Hung) a la utilización de varios estilos de kung-fu en las peleas (grulla, mantis religiosa, tigre, serpiente) se puede apreciar el conocimiento del terreno por parte de los realizadores.
Tres figuras enormes son el atractivo principal de esta película. Las primeras dos no precisan demasiada presentación: Jet Li y Jackie Chan son dos de las estrellas más populares del mundo, leyendas vivas cuyos fans dentro del continente asiático deben contarse por decenas de millones. Esta es la primera vez que ambos actores coinciden en una película, y aunque pueden estar ya un tanto mayores (Chan tiene 55 años, Li 43), aún parecen tener la energía y habilidad necesarias para esta clase de emprendimientos.
La tercer figura es invisible y no es nada menos que el maestro Yuen Woo-ping, el más grande coreógrafo de artes marciales de la actualidad, un hombre que lleva cuarenta años planificando grandiosas peleas y que es un genial innovador en la materia. Entre otros méritos, fue él mismo quien como director cimentó las carreras de Chan y Li, y en occidente es reconocible por su aporte en películas como El tigre y el dragón, Kill Bill y Matrix. En El reino prohibido es también productor ejecutivo, por lo que no es fácil establecer hasta qué punto se trata de una obra de Minkoff y no una de Yuen.
Como no podría ser de otro modo, el plato fuerte de El reino prohibido son las escenas de lucha, ideadas con todo el despliegue imaginativo y la originalidad de Yuen. El ataque masivo a Jackie Chan y a su inepto acompañante en una taberna está signado por el estilo lúdico del coreógrafo y en él la espacialidad y los objetos cumplen un rol preponderante. La esperada pelea entre Chan y Li alterna diversos estilos de kung-fu, y se extiende por varios minutos sin que su atractivo llegue a decaer. Claro que la película en su conjunto se ve acotada por pisar los más trillados lineamientos del género –se trata de una película de buenos y malos sin matices, el transcurrir del relato es predecible- pero también tiene el mérito de que, quizá en su autoconciencia, no se demora mucho en explicaciones ni en giros de guión, sino que va directo a los bifes, que es lo que más importa.

Publicado en brecha el 15/5/2009