El “China Youth Daily”, diario oficial de las Juventudes Comunistas Chinas, destacó, ante el arrollador éxito de taquilla de Transformers 2 en su país, que la película es “una promoción de la estrategia global de Estados Unidos y de su armamento”. El artículo afirma que las armas que aparecen son las mismas que Estados Unidos vende a sus aliados: aviones caza A-10 y F-16, vehículos Hummer, tanques M1A2 y portaaviones. Según el autor, un espectador chino protestaba indignado, luego de ver la película: “Si la primera parte de Transformers era un anuncio de autos americanos, ésta es de armas, ¡y encima pagamos por verlo!”.
El artículo subraya la buena imagen que se da de los marines, así como de la política intervencionista estadounidense, y que la película en definitiva es un muestario del inmenso poderío de la fuerza militar de ese país. Se recogen los dichos de un fan de los antiguos transformers: “Cuando veía los dibujitos (...) las armas humanas eran básicamente inútiles contra los Transformers. Pero en la película Transformers 2 las armas pueden derribar a los Decepticons. El increíble Devastator es fácilmente derribado de una pirámide por un disparo de un arma secreta de un buque de guerra norteamericano”.
Las acusaciones presentes en el artículo parecen acertadas, y los tres aspectos señalados -armamento, poderío, marines bienintencionados- son toda una constante en el cine estadounidense de hoy en día, así como de muchas series televisivas. Pero resulta curiosa la acusación de que los Estados Unidos utilice su cine como propaganda de su grandeza, cuando el cine dominante chino viene haciendo lo mismo, aunque en otro registro y quizá más sutilmente. El cine de las grandes industrias chinas y hongkonesas está haciendo un curioso incapié en superproducciones históricas, de inmensos despliegues visuales, vestimentas suntuosas y millares de extras. Es un cine que busca la fascinación por el exotismo de tradiciones culturales de antaño, que encumbra al gran imperio Chino, al heroísmo y al patriotismo, que viene desenterrando hazañas bélicas y héroes olvidados. Se han reclutado a varios de los mejores cineastas chinos para este nuevo cine histórico (Chen Kaige, John Woo, Feng Xiaogang, Ronnie Yu) y se cuenta con estrellas de primer orden –Jet Li, Andy Lau, Takeshi Kaneshiro, Donnie Yen, Zhang Ziyi, Chang Chen-. A grandes rasgos, se trata de una atractiva combinación de artes marciales, drama y wuxia*. Como ejemplo máximo de esta tendencia se encuentra uno de los más grandes cineastas chinos de la actualidad, quien a su vez fue reclutado por el gobierno municipal de Beijing para orquestar la ceremonia inaugural de los juegos olímpicos: Zhang Yimou. Su película Héroe, precursora de este nuevo cine épico, ejemplifica como ninguna la exaltación imperialista; en ella termina encumbrándose el sacrificio heroico por la unificación de los pueblos, y la rendición final ante la majestuosa figura del emperador.
A los imperios les fascinan las multitudes, las antiguas glorias y los contrapicados grandilocuentes. Ante todo, la unidad nacional, el orgullo de que los antepasados fueron artífices de grandes hazañas, que la Nación erigida es un producto milenario de valentía y sacrificio. El stalinismo tuvo a Eisenstein (Alexander Nevsky y la primera parte de Iván el terrible) el nazismo tuvo al primer Lang (Los Nibelungos) y obviamente, a Leni Riefenstahl (Olimpia, El triunfo de la voluntad) y, considerando los puntos en común, se puede decir que hoy la República Popular China tiene a su servicio estas nuevas superproducciones (entre las que se destacan películas como The warlords, Fearless, Ip man, Red Cliff y la bélica y directamente militarista Assembly, entre otras).
El artículo publicado en el China Youth Daily parece una proyección subconsciente, un ver la paja en el ojo ajeno, y quizá mi temor no sería tal si este nuevo cine chino no fuera tan bueno, atractivo e imponente. Si uno piensa en los directores que contribuyen a la exaltación del imperio norteamericano –Michael Bay, Stephen Sommers- tiende a suponer que son figuras prácticamente inocuas, artesanos mediocres que han tenido algunos golpes de suerte. El problema con los directores chinos es que, ante todo, son buenos cineastas.
En un momento en que se augura que China va a ser la nueva potencia mundial hegemónica, que su moneda es considerada una de las divisas más confiables, que su gobierno viene aplicando políticas económicas de tipo colonialista –especialmente en países africanos como Nigeria, Sudán, Congo y Zambia- recluye y tortura a los disidentes en “cárceles negras” o campos de “reeducación para el trabajo”, persigue a los abogados especializados en derechos humanos y durante el año 2008 impuso como mínimo 7 mil penas de muerte y al menos ejecutó a 1700 personas, en cuyo territorio no existe la libertad de expresión, se rigen férreos mecanismos de censura y las minorías étnicas y religiosas son hostigadas; en un momento así, una tendencia propagandística de este tipo se muestra aún más preocupante –y ciertamente da más miedo- que la torpemente esgrimida por Estados Unidos.
*Wuxia: ficción marcial de caballería, género típico en el cual se entrecruzan elementos épicos y místicos.
Publicado en Brecha 9/10/2009
Estimado Faraway:
ResponderEliminarComo casi siempre, 99.9% de acuerdo.
Ahora, que al pobre juda de Lang Lo hayan agarrado para publicitar el nazismo y que le hayan piantado la percanta después de metrópolis cuando a la Thea le gustó más la marcha, (paso ganso), que el sentido común y se fuera "pa'l" partido...
Casi 100% de acuerdo, pero pobre Lang, (yo sé que Ud. no declara intencionalidad),pero al menos aclarar que lo agarraron de propaganda sin su consenimiento y al principio sin su conocimiento, no nos vendría mal.
Por suerte Ud. nos lee los comentarios.
Un abrazo y si anda sin nada que hacer el domingo 11/10 y para esta lluvia y sino el 8 de noviembre lo invito a la muestra De la Tierra al Universo que inaugurara Erlich la semana pasada y que tendré a mi cargo esos dos días para darle un paseo por el universo.
Un abrazo
C
http://participacion.elpais.com.uy/alalcancedelarazon/
Perdona la mención al cagancho, pero por ahora son los únicos dispuestos a pagar por un blog de ciencia. (No es mucho...pero...)
Pastranus, es cierto lo de Lang, no creo que él tuviera culpa ni intencionalidad. A los nazis les copó su trabajo y eso es todo. Thea es otra historia, y a la luz de su filiación y su ideología (o la ausencia de) su obra puede ser leída como pro-imperio.
ResponderEliminarOtra aclaración que también es conveniente en el mismo sentido es que Eisenstein ganó un premio Stalin por la primera parte de Iván el terrible, pero la segunda parte fue censurada por el mismo estalinismo, ya que al dictador no le gustó la imágen que se daba de él.
Lo que quiero señalar es que muchas veces los cineastas contribuyen a la exaltación de algo sin siquiera darse cuenta. Cuando a Zhang Yimou le preguntan por la cuestión ideológica de sus films esquiva el bulto diciendo que no le interesa la política. Él, que supo filmar películas tan críticas, políticas e incisivas... En este caso, supongo que no le interesa la política por conveniencia...
Ya tengo plan para hoy, pero agradezco tanto tu invitación. Mucha suerte con eso. Abrazo!
Estoy muy poco de acuerdo con el artículo. Para empezar Los nibelungos no debe relacionarse en la misma frase con nazismo, más que nada porque estamos hablando de un canto popular sobre los heroes de cada pueblo, es como decir que el Cid Campeador es una alusión al franquismo, absurdo en mi opinión. Y luego el equivalente americano a todo esto no sería Transformers y mierda similar, sino el western (arquetípico recto y clásico que ensalza los valores del heroe de una región), género hoy extinguido.
ResponderEliminarLa comparación del cine americano con el chino está también fuera de lugar, más que nada porque son dos tipos de posición política totalmente contrarias, una defiende unos valores imperialistas y la asiática no, no hay donde coger la comparación. Se podría discutir sobre los defectos de la nueva sociedad china y las cosas que funcionan mal en aquel país, pero para eso primero debería conocer más a fondo aquella cultura, cosa que supongo que desconoce, y en caso contrario hindagar más en profundidad porque esa comparación me parece muy frívola y superficial. El Wuxia es el equivalente por tanto al western, no al imperialismo latente en casi toda película americana actual. Mejor llamar a las cosas por su nombre y no confundir posturas porque entonces caemos en la demagogia.
Espero no haberle ofendido, pero para mi esta postura es clara y cristalina con respecto a estos temas, y además se ve claramente conociendo mínimamente estos temas.
Saludos!
Iván, salú. No entiendo tu postura. No estoy estableciendo una equivalencia entre el cine imperialista chino y el estadounidense, precisamente estoy diciendo que hacen propaganda imperialista de dos maneras distintas.
ResponderEliminarSegundo. Yo no dije que Nibelungos sea una alusión al nazismo. Pero sí fue una película adorada por los nazis, por todo ese rollo de la raza germánica y la exaltación de los valores de lealtad y firmeza contenidos.
Y no entiendo qué tiene que ver el western, ni por qué lo traés a cuento. El wuxia es algo así como el western chino... de acuerdo, ¿y?
No conozco demasiado de la cultura china, pero decime dónde están mis errores, o cuál aspecto te parece superficial en mi abordaje, que si es cierto con gusto te daré la razón.
Un saludo.
Pues a mi me parece claro, no es comparable porque el imperialismo militar si que se aprecia en Transformers, mientras que el Wuxia es el equivalente a un cantar de gesta (sea Beowulf para los britanicos, los nibelungos para los germánicos, el mio cid para los hispanos o el wuxia para los chinos), no es una demostración de imperialismo porque hunde sus raices en la fantasía, no en la realidad, por eso lo comparo con el western y sus arquetipos heroicos.
ResponderEliminarNo creo que sea acertado comparar cualquier tipo de cantar de gesta con un imperialismo, no acabo de ver la relación, sinceramente. El western lo saco porque no era imperialista, pero si su particular cantar de gesta, igual que el wuxia para los chinos.
Para mi no existe punto de comparación entre la parafernalia militarista con vistas hacia fuera de cierto sector estadounidense con la alusión a un pasado esplendoroso (y en gran parte ficticio) de la sociedad china.
Ok, ahora sí entiendo tu punto. Esta discusión la tuve con anterioridad (en un sangriento intercambio sobre 300, en la redacción de Miradas de cine; yo acusaba a la peli de ser una provocación neo-fascista) y desde mi perspectiva se resuelve en lo siguiente: ninguna obra de ficción está completamente desligada de su contexto histórico, cultural y político. En ella se podrán leer más o menos las huellas del entorno en que se creó, pero un análisis considerando esas cuestiones es completamente válido.
ResponderEliminarIndependientemente de los cantares de gesta en los que se basan, las películas hablan de la actualidad. Alexander Nevsky era un llamado a filas contra los nazis, y no podía haber sido más explícito. Iván el terrible tenía claras alusiones a Stalin, tantas que el mismo dictador censuró la segunda parte (porque no le convenía) e impidió su distribución.
Está claro que, a la hora de levantar un imperio, hay que llamar a los cineastas. No creo nada rebuscado establecer una comparación de este cine con la exhibición misilística que hubo hace poco en las calles de Beijing, o la ceremonia imperial de los juegos olímpicos.
Hay que ver el sentimiento anti-japonés contenido en estas pelis, el patriotismo a ultranza, la lealtad casi patológica hacia el emperador (esto en la segunda parte de Red Cliff llega incluso a desesperar).
Está claro que las superproducciones chinas llegaron para quedarse, y considerando la censura estatal y el estrecho vínculo del estado con la industria, es evidente que muchas de ellas son funcionales al régimen, y que otras al menos se cuidan de no jugar contra él.
Iván, podrán no parecerte válidas las lecturas políticas de los cantares de gesta. A mi parecer, en este caso son inevitables.
Un abrazo.
No no, si creo que tienes razón en que los cantares de gesta hacían alusión a un patriotismo claro, pero patriotismo no es lo mismo que imperialismo eh, al menos yo no lo veo así.
ResponderEliminarIncluso creo que el contexto histórico en el cual se crea la obra es clave, porque es cierto que los soviéticos crearon propaganda filmada (más allá de ser obras maestras rotundas) en los años 20/30, pero pertenecía a un contexto histórico determinado, de dentro hacía afuera, que es lo que en el fondo hace gran parte del cine americano hoy en día. En cambio los cantares de gesta hablan de las glorias del pasado. Yo no soy muy patriota si te digo la verdad, pero esos cantares ensalzan una figura dentro de un territorio, no hacia fuera como hace el imperialismo americano (refiriéndome al cine chino actual claro, en su época era otra historia).
Vamos, en definitiva, que coincido en puntos concretos contigo, pero no tanto en la valoración global que todo patriotismo es imperialista, ni tan siquiera en ceremonias de Juegos Olímpicos, que por otra parte no representan la verdadera China actual, que es bastante diferente a como la pintan algunos.
PD: También creo que 300 es neo-fascista y me parece 1000 veces más "peligrosa" que los últimos Wuxia
Saludos!
Tal vez haya algo de proyectivo (en el sentido psicoanalítico del término) en esa o cualquier crítica pero por ahí no creo que pase la cuestión.
ResponderEliminarCualquier potencia que se precie de tal y con aspiraciones hegemónicas necesita de un pasado de gloria común, una mitología y de generar en el imaginario colectivo ideas que vayan aglutinando a sus miembros en torno de uno de los más preciados deseos del hombre que es tener una identidad común sólidamente apoyada en un pasado-historia-leyenda de gloria. Y de eso no zafa nadie,viene con el paquete. Pensemos en los japoneses por ejemplo, en las historias de shogunes y samurais y en la forma en que malos y buenos directores las han llevado a la pantalla.
Sin una identidad nacional no se puede pasar ni al patriotismo o al nacionalismo deslizándose sutilmente hasta llegar al sentimiento de superioridad etnica o racial y esto desde los romanos.
No creo que pueda caerse en pensar que se trata siquiera de una conspiración pergeniada malévolamente desde el poder, más bien daría para pensar que existe de manera larval y es tomada una y otra vez por los artistas y en la medida que crece manejada en determinada dirección como política de estado.
Pero que tire la primera piedra el que esté libre de pecado, y que se acepte que sí, que muchos Estados tuvieron un pasado de gloria y que es lícito su rescate por parte de los artistas.
Lo que daría para pensar es que este pasado de gloria no abarcó en realidad a los países en la medida que los concebimos hoy, sino que fue glorioso y aprovechable para la aristocracia que en su momento detentaba el poder en ellos porque los campesinos siempre fueron campesinos y los siervos siempre fueron siervos, y los descendientes de estos pagan para regocijarse y hacer suyas las glorias de descendientes de sus explotadores vernáculos.
(Me salió medio marxista el comentario)
Pocas epopeyas patrimonio y beneficio de todo un pueblo son sacadas a la luz porque constituyen armas de doble filo, creo.
Viene a mi mente la batalla de Inglaterra, la resistencia contra el nazismo, la defensa de Stalingrado incluso... pero hilando fino no todos los japoneses fueron kamikazes ¿verdad?
Iván, ahora te entiendo aún mejor: no te parece tan jodido el cine patriótico chino como el norteamericano. Está bien, pero yo no estaría tan seguro. China como potencia hegemónica me da unos cuantos escalofríos.
ResponderEliminarEstoy señalando solamente una tendencia que creo viene en ascenso y puede agudizarse hasta convertirse en algo peor. Ojalá quede en nada y me esté equivocando. Ojalá no se conjuguen los términos superioridad racial-patriotismo-imperialismo, como parecería que está por ocurrir. Ojalá que, cuando además de ser potencia mundial lo sea militarmente (es cuestión de tiempo, nada más) a China no se le dé por andar subyugando países periféricos.
Salut!
Claudia, veo que en general estás de acuerdo, pero no entendí lo de los japoneses...
Si si, exacto, tengo la sensación, y también por amigos chinos que residen allí y varias visitas al país, que su patriotismo es más una gloria pasada que mira hacia dentro que no una expansión imperialista, que bueno...tampoco es que el cine americano lo haga bajo una amenaza militarista ni nada eh, más bien me refiero a ideologías y elementos propios de su sociedad. Pero bueno, también tiene razón que nunca se sabe que pasará, es cierto.
ResponderEliminarSaludos!
Si no entendés no sos digno de tu pasado ni de tu estirpe ni de tu honor ni de tu Emperador y deberías hacerte ya el Hara Kiri.
ResponderEliminargracias por la info!
ResponderEliminarHay un Cid histórico, que vaya uno a saber, a mil años de distancia cómo realmente sería. Un Cid literario, que se estudia con deleite por los medievalistas y aquí no molesta, un Cid apropiado por el franquismo por eso de la cruz y la espada. Ni el Cid histórico ni el literario, ni los Nibelungos, en caso de haber existido personajes tales, tienen nada que ver con la historia contemporánea. Sí las apropiaciones que de estos personajes hicieron los fascistas.
ResponderEliminarLa Cruz y la Espada es invento de la primera cruzada, año mil, que hace el portentoso descubrimiento de que, si uno mata a un enemigo de la fe no comete pecado. Porque es un "otro". Y le da fundamento filosófico a la alteridad. Como dice Sartre, en el prólogo a Los Condenados de la Tierra, el libro del argelino Fanon, "para matar a un enemigo primero hay que expulsarlo de la condición humana". Como Pinochet, en Chile, que decía que los marxistas eran humanoides, o Hitler, midiéndole los cráneos a la gente para decidir quién sí y quién no.
¿Me fui al carajo?
Como sea, a mí los chinos tambié4n me dan un poco de cosita, por el número. Mil quinientos millones...
Sobre cine americano/cine chino, una de Borges: por ehí son las dos distintas caras de la misma moneda...
Estoy completamente de acuerdo con Ivan. A nadie le gusta que en china no haya democracia pero tachar ciertas películas épicas y comparar-las con la propaganda nazi me parece desproporcionado.
ResponderEliminarSe puede hablar también de Hua Mulan una película perfecta inspirada en una antigua leyenda que habla de la igualtad de géneros o La casa de las dagas voladoras o La maldición de la flor dorada.
Personalmente me encanta que hayan encontrado un registro propio y sepan mas o menos lo que les gusta; películas como la lenta Confucio te dejan pensando, "cuando harán una peli sobre Sócrates o Heràclito aquí?" nunca, aunque nos convendría.
Siguiendo vuestra misma argumentación, Alejandro clama sobre el predominio occidental sobre oriente medio.
Mi opinión es que los chinos deciden qué producciones tienen éxito cuando pagan por ver-las. Me encanta que hayan encontrado su propio estilo y tengan alternativas a tripleX como no pasa aquí.
Llegados a este punto, Cuantas banderas chinas habéis visto en the Warlords por ejemplo? cuantas barras y estrellas en tripleX?
Lejos de esta infecunda discusión permitidme recomendar algunas pelis que, al final, todos somos cinéfilos.
Mongol, superproduccion asiàtica (juro, no sé de dónde) que me impresionó como pocas.
La casa de las dagas voladores merecía óscar a la fotografia. Se queda uno con ganas de ir a China.