viernes, 23 de noviembre de 2012

ParaNorman / El alucinante mundo de Norman (Chris Butler, 2012)

Terror para niños, y con contenido

La compañía estadounidense de animación Laika se presentó con las mejores credenciales: el corto Moongirl (2005) y el largometraje Coraline y la puerta secreta (2009), ambos dirigidos por el ya veterano de la animación David Selick (El extraño mundo de Jack, Jim y el durazno gigante). Quizá como un legado de Selick, la compañía continuó desempeñándose en la trabajosa técnica del stop-motion -animación cuadro por cuadro, por lo general fotografiando muñecos de plasticina-, y en una estética atractiva, retorcida y lúgubre. Es verdad que esta película no comparte la pulcritud estilística de Selick, sino que más bien apunta a muñecos toscos y desagradables, a una desprolijidad deliberada más acorde a su espíritu pop y juvenil. Como en Coraline, tampoco se omiten tramos especialmente oscuros y terroríficos, que podrían ser inconvenientes para los niños más pequeños. En ciertos países como Irlanda y Corea del Sur, la película fue calificada para mayores de doce años, sin dudas una exageración –un niño de ocho años está acostumbrado a ver constantemente cosas mucho más terribles en televisión- pero de todos modos es un dato a tener en cuenta.
Como el niño de Sexto sentido, Norman tiene una particularidad: ve gente muerta, todo el tiempo. Cada vez que va al colegio, va por el camino saludando a un montón de espectros, lo que lleva a que sea visto como un chico raro entre sus pares, y que sea objeto continuo de bullying. Por otra parte, el barrio en que el tiene lugar la acción es el ficcional Blithe Hollow, ubicado en la muy real Salem, en Massachussets. Como en los verídicos episodios de ejecuciones de brujas allí ocurridos, en Blithe Hollow, a fines del S. XVII fue asesinada por la gente del pueblo una supuesta bruja, que aún trescientos años después extiende una maldición por la cual un puñado de muertos se levanta de sus tumbas. Al igual que en la también notable y reciente Monster house, el humor está bien logrado y dosificado y se alterna con escenas de esmerado suspenso, abundan los guiños cinéfilos y no hay villanos estereotipados: todos tienen sus móviles, sus problemas y sus razones de ser.
Para quienes dicen que las películas de género suelen ser superficiales, vacuas o intercambiables, aquí se plantea nada menos que un paralelismo entre el bullying y las turbas adultas y violentas, son vinculados directamente con el miedo a lo diferente y a lo desconocido, hay una suerte de reflexión en torno a la venganza y las represalias y, de alguna manera, se encauza todo este paquete con la historia de los Estados Unidos. No es poco para un entretenimiento familiar. 

Publicado en Brecha el 16/11/2012 

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