Gracia involuntaria
Que el director Zack Snyder no es un hombre de demasiadas luces es algo que quedó claro cuando lanzó 300, una epopeya tan espectacular y ostentosa como irresponsable, un despliegue de testosterona enaltecedor de la guerra, el nacionalismo y el triunfalismo. Dejar a cargo del mismo cineasta la adaptación de un comic sustancioso y rico en lecturas como Watchmen quizá haya sido la forma más directa y flagrante de destruir toda la complejidad de la obra. Alan Moore, su creador, ha dicho que por cuestiones de salud mental prefiere no saber nada de la película, y que Snyder en su adaptación de 300 ya había acrecentado los peores defectos de la novela gráfica original, volviendo la historia más racista, homofóbica y por sobre todo, soberanamente estúpida.
La película Watchmen es entonces una adaptación que, quizá para no despertar quejas de los fans, recoge con fidelidad la sucesión de hechos presentados en el comic y se cuida de intercalar prolongadas escenas de acción, mucha sangre y algo de sexo con los abundantes y sobrecargados diálogos. El resultado es una obra bizarrísima, probablemente la película de superhéroes más violenta que se haya filmado jamás. Se alternan tramos muy bien logrados -hay unos veinte minutos en una cárcel que son tensos, grotescos y grandiosos- con otros que son de lo más ridículo que ha podido verse en años -hay una escena de sexo entre superhéroes, con la canción “Hallelujah” de Leonard Cohen de fondo, que hay que verla para creerla-. Quizá el superhéroe más atrayente que ha dado la pantalla grande, el antisocial Roschach (interpretado brillantemente por Jackie Earle Haley) convive con uno de los villanos menos carismáticos (Matthew Goode, un grueso error de casting).
La historia relatada en Watchmen es una ucronía, lo cual significa que transcurre en un mundo alternativo que se desarrolla a partir de un punto en el pasado distinto al ocurrido históricamente. Aquí la diferencia es la existencia de superhéroes, y en especial la de uno particularmente poderoso: el Dr. Manhattan. Alineado con los Estados Unidos, logra el triunfo en Vietnam, generando una sucesión de eventos desafortunados: el movimiento hippie es segado a balazos, Nixon es reelecto cinco veces y la guerra fría se agudiza al punto de que en los años ochenta la destrucción total del planeta parece inevitable.
Si bien la trama resiste habilmente a interpretaciones ideológicas simplistas, eso es un mérito de la historia original. Como no podía ser de otra forma, Snyder estetiza y enaltece la escena en las que los vietnamitas son arrasados, y utiliza como fondo musical “La cabalgata de las Valquirias” de Wagner. Una toma que parece exorcizar las frustraciones del estadounidense derrotado, y que es otro ejemplo del peligroso vacío moral del director.
Pero pese a lo que pueda parecer, los 164 minutos que dura la película se pasan rápido, en parte porque las peores partes son tan terribles que hasta resultan graciosas. Watchmen reúne todas las características necesarias para convertirse en una obra de culto, y mal que pese, Snyder logra su objetivo primario: entretener.
Que el director Zack Snyder no es un hombre de demasiadas luces es algo que quedó claro cuando lanzó 300, una epopeya tan espectacular y ostentosa como irresponsable, un despliegue de testosterona enaltecedor de la guerra, el nacionalismo y el triunfalismo. Dejar a cargo del mismo cineasta la adaptación de un comic sustancioso y rico en lecturas como Watchmen quizá haya sido la forma más directa y flagrante de destruir toda la complejidad de la obra. Alan Moore, su creador, ha dicho que por cuestiones de salud mental prefiere no saber nada de la película, y que Snyder en su adaptación de 300 ya había acrecentado los peores defectos de la novela gráfica original, volviendo la historia más racista, homofóbica y por sobre todo, soberanamente estúpida.
La película Watchmen es entonces una adaptación que, quizá para no despertar quejas de los fans, recoge con fidelidad la sucesión de hechos presentados en el comic y se cuida de intercalar prolongadas escenas de acción, mucha sangre y algo de sexo con los abundantes y sobrecargados diálogos. El resultado es una obra bizarrísima, probablemente la película de superhéroes más violenta que se haya filmado jamás. Se alternan tramos muy bien logrados -hay unos veinte minutos en una cárcel que son tensos, grotescos y grandiosos- con otros que son de lo más ridículo que ha podido verse en años -hay una escena de sexo entre superhéroes, con la canción “Hallelujah” de Leonard Cohen de fondo, que hay que verla para creerla-. Quizá el superhéroe más atrayente que ha dado la pantalla grande, el antisocial Roschach (interpretado brillantemente por Jackie Earle Haley) convive con uno de los villanos menos carismáticos (Matthew Goode, un grueso error de casting).
La historia relatada en Watchmen es una ucronía, lo cual significa que transcurre en un mundo alternativo que se desarrolla a partir de un punto en el pasado distinto al ocurrido históricamente. Aquí la diferencia es la existencia de superhéroes, y en especial la de uno particularmente poderoso: el Dr. Manhattan. Alineado con los Estados Unidos, logra el triunfo en Vietnam, generando una sucesión de eventos desafortunados: el movimiento hippie es segado a balazos, Nixon es reelecto cinco veces y la guerra fría se agudiza al punto de que en los años ochenta la destrucción total del planeta parece inevitable.
Si bien la trama resiste habilmente a interpretaciones ideológicas simplistas, eso es un mérito de la historia original. Como no podía ser de otra forma, Snyder estetiza y enaltece la escena en las que los vietnamitas son arrasados, y utiliza como fondo musical “La cabalgata de las Valquirias” de Wagner. Una toma que parece exorcizar las frustraciones del estadounidense derrotado, y que es otro ejemplo del peligroso vacío moral del director.
Pero pese a lo que pueda parecer, los 164 minutos que dura la película se pasan rápido, en parte porque las peores partes son tan terribles que hasta resultan graciosas. Watchmen reúne todas las características necesarias para convertirse en una obra de culto, y mal que pese, Snyder logra su objetivo primario: entretener.
Publicado en Brecha 24/5/2009
Hizo bien Alan Moore en mantenerse alejado. Hoy, mal que nos pese, él es mucho más cuerdo que todos nosotros.
ResponderEliminarY es verdad lo que decís, entre la gracia por lo terrible y el entretenimiento como objetivo primario la película pasa sin pena ni gloria delante de nuestros ojos. ¿Pero culto? Mmmm... Quizás el culto que se le rinde a los muertos, pero no más.
Saludos.
He de confesar que ésta la dejé pasar adrede; en otro lugar me recomendaron leer antes la historia gráfica y, al comprarme como auto-regalo para el día de mi onomástica el volumen, y comprobar que ocupa 455 páginas, me abstuve.
ResponderEliminarEl libro todavía no lo he empezado, así que va para largo, por lo menos hasta después de "mi" verano...
Un abrazo.
Mi muy estimado Faraway:
ResponderEliminarLe confieso que ardía de impaciencia por leer su comentario acerca de "Watchmen" - compré el "Brecha" y todo :) Le confieso igualmente que esperaba de su parte una venenosa diatriba contra este nuevo producto del Imperio ;) ;)
Para mi gratísima sorpresa, me encuentro con un comentario mesurado con el cual - para su sorpresa ;) - coincido casi en su totalidad. Tiene Ud. toda la razón cuando afirma que "Si bien la trama resiste habilmente a interpretaciones ideológicas simplistas, eso es un mérito de la historia original. "
Del mismo modo, y no por mera pacatería, coincido con Ud. en que la ya inevitable "escena de sexo" era, si no prescindible, al menos "abreviable" - y el tema de L. Cohen de fondo multiplica su carácter ridículo, lo cual posiblemente haya sido la intención de los realizadores.
Si no interpreté mal las intenciones de Alan Moore, todo el asunto de la "victoria" ucrónica de los USA en Vietnam de la mano del Dr. Manhattan, era manejado en la historieta en clave de sátira (amarguísima, por cierto) Creo que en la película debe tomarse el tema de igual manera: por más "vacío moral" que demuestre Z. Snyder, me costaría más creer que el tipo realmente tuvo la intención de presentar como positiva la serie de "eventos desafortunados" a la que Ud. hace referencia - entre ellos, las dos décadas de presunto mandato de Richard Nixon. Después de todo, hablamos de un director de cine, no del "Turco" Abdala, que una vez declaró que quería que Julio M. Sanguinetti fuera "el rey del Uruguay por los próximos treinta años" ¡Holy shit!! :D :D :D
Coincidimos en que el personaje de Rorschach es uno de los puntos altos de la película. También desconfié de Matthew Goode como Ozymandias, pero creo que al final el tipo cumplió bastante bien. ¿Y cómo no otorgó una mención especial a Malin Akerman - Silk Spectre? ¿Que no es una buena actriz? De acuerdo. ¿Importa? ;D ;D
A propósito, supongo que no habrá pasado por alto la guiñada que nos ofrece "Watchmen" al Maestro Kubrick y a "Dr. Strangelove" ("Teléfono Rojo") de la que hablamos no hace mucho.
En fin, estimado Faraway, permítame hacerle llegar mi pláceme por su reseña. Si no le es molesto, por mi parte continuaré haciéndole llegar, cada vez que la ocasión lo amerite, estos extensos y demenciales comentarios, porducto de la afiebrada, insomne e inhóspita cinefilia de quien esto escribe.
Próximo encuentro luego del estreno de "Wolverine" y/o "Terminator 4"
:D :D :D :D :D
Un abrazo.
L.B. a.k.a. D.K.
Hernán: veo que estamos de acuerdo. Lo de película de culto ya es casi un hecho, sólo tenés que ver la idolatría con que la reseñan en algunas páginas web. Hay muchos frikkis en este mundo, y le rinden culto a muchas cosas inverosímiles.
ResponderEliminarEs más, te diría que si en la peli se derraman unos cuantos galones de sangre, el culto ya está asegurado.
Josep, es verdad que tiene bastantes páginas el comic -de hecho son 12 numeros- pero creo que cada capítulo está plenamente justificado, y su extensión es la necesaria. Creo que vale la pena.
Lonnie, supongo que habrás comprado Brecha para leer otras cosas, también. Me alegra, porque la verdad que éste es un buen número.
Esa escena de sexo en Watchmen es increíble, además de que ya había habido otra hace apenas unos minutos, está tratada con una solemnidad terraja que es de no creer.
Y a mí me parece que ese es el problema de Snyder, la solemnidad con la que filma, sin hacer distinción alguna si se trata de una escena de violación zoofílica o la de un cañonazo en el orto a un niño pobre somalí. Todo es pomposo y solemne, de ahí que hable de su "vacío moral".
La sátira me parece que es mucho más difícil de encontrar en Watchmen película, por esta forma de ensalzar todo que tiene nuestro amigo Zack.
Bueno, sobre las cosas de las que no escribí, siempre ocurre eso, quedan cosas afuera. Las referencias cinéfilas muchas veces se quedan en meros guiños, y no me interesa especialmente señalarlas. Me parece algo muy de crítico que llama la atención de si mismo el estar diciendo todas el tiempo los homenajes a otras películas que se hacen. La escena de Vietnam es una referencia a Apocalypsis now, pero no me interesaba especialmente hacer la mención. El que se de cuenta, se dará cuenta y listo.
Bueno, y me alegra que te haya gustado.
Un abrazo para todos.
Y me olvidaba, este sitio está hecho para los insomnes y atribulados cinéfilos. Estás en tu casa, Lonnie, y tus comentarios siempre serán bienvenidos. Salú.
ResponderEliminarFaraway, dejo otra crítica interesante de Watchmen... pero para tí leete los comentarios.
ResponderEliminarSaludos.
http://cinemarama.wordpress.com/2009/03/06/watchmen-los-vigilantes-watchmen/
ResponderEliminarLa verdad es que a mi si se me hizo pesada como un ladrillote. Pero debo admitir que aun recuerdo secuencias que me llamaron muchisimo la atención. Tiene cosas muy rescatables, aunque lo de culto, no se aun. Eso solo el tiempo lo responde, creo
ResponderEliminarJuniper, gracias tantas por el link, está linda la polémica, y ya estuve aportando mi grano de arena también por ahí.
ResponderEliminarAd, bueno, lo de culto hay que verlo, pero yo apostaría por que sí va a ocurrir. Es más, me imagino que dentro de veinte años habrán algunos frikis que empezarán a coleccionar las películas de superhéroes de los años 2000 como si fuesen figuritas, así como ahora ocurre con algunos cultores del Kaiju-eiga, la Hammer o el peplum.
La verdá nunca entendí esas manías...
Abrazo!
Mi muy estimado Faraway:
ResponderEliminarDice Ud.: "me imagino que dentro de veinte años habrán algunos frikis que empezarán a coleccionar las películas de superhéroes de los años 2000 como si fuesen figuritas, así como ahora ocurre con algunos cultores del Kaiju-eiga, la Hammer o el peplum."
Aunque no califico para "friki", me siento realmente halagado por sus palabras, ya que me convierten en algo así como un pionero o Padre Fundador.
Honran mi acervo cinematográfico títulos como "Batman Begins", "The Dark Knight", "Daredevil"... y en cualquier momento le prendo cartucho a "Iron Man".
Retrocediendo algunos años, también están en mi cinemateca personal "Batman" y "Batman Returns" de Tim Burton - las secuelas de Joel Schumacher están rigurosamente proscriptas. Asimismo, tengo un sitial de honor para el inigualable "Superman" de Richard Donner.
Una rareza de mi colección es la olvidada versión de "The Punisher" protagonizada por Dolph Lundgren en 1989 - superior al mamarracho que hicieran en 2004 con Tom Jane (!?) y John Travolta. Esta pieza única está en VHS.
Sin pretender alardear, le diré que poseo igualmente algunos incunables del género: "Superargo contro Diabolikus" (Italia, 1968 - te maté con esta!! ;) ;) y la series "Judex" y "Fantomas", rodadas a comienzos del siglo XX por Louis Feuillade.
En cuanto a la Hammer, cuento con: "Horror of Dracula", "Dracula, Prince of Darkness", "Count Dracula", "The Satanic Rites of Dracula" y "The Vampire Lovers" - en esta última, Ingrid Pitt y sus coestrellas femeninas son un amplio regocijo para la vista. Por el lado del otro gran personaje de la productora británica están: "Curse", "Revenge" y "Horror", todas "of Frankenstein", of course.
Mi fanatismo no alcanza al Kaiju-eiga (¿lo quée?), pero sí tengo un episodio ¡en japonés! del extraordinario superhéroe de mi infancia: "Ultra Seven" (de pie, por favor)
Si, al final tiene razón... soy un "friki".
Un abrazo.
:D :D :D :D :D :D
Lonnie, chapeau! Ud sí que es un verdadero friki.
ResponderEliminarPero no le voy a perdonar no haber visto Iron man, la mejor película de superhéroes del año pasado... y je, no se enoje Lonnie...
Mis pelis favoritas de superhéroes vendrían siendo Spiderman 2, Batman begins y Iron man. Pero aún estoy a la espera de la obra maestra del género.
Me mataste con The punisher (ni idea), y Superman la vi como cuatro veces, pero cuando era chico (lo que quiere decir que no me acuerdo de un carajo).
Sólo vi cuatro pelis de la Hammer, y creo que ya fue suficiente para mí. En mi memoria quedan grandiosas actuaciones de Cushing y Fisher, buenas atmósferas y un atractivo clacisismo. Pero no son películas que me lleguen especialmente.
Sabía de las series de Feuillade pero nunca me dieron las bolas para verlas (a lo mejor mi desidia es injustificada) y con Superargo me re-mataste, ni puta idea...
Ultraseven!!!
Con perdón, usté es un friki total.
Abrazo!!!
Lejos de enojarme, mi muy estimado Faraway, simplemente se impone una aclaración: sí vi "Iron Man" - ¿cómo me la iba a perder? - y coincido en que es una de las magnas obras del género. Me refería a que todavía no la he incorporado a mi colección particular. Pero déme tiempo, déme tiempo... y déme celuloide ;)
ResponderEliminarLe cuento: hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia lejana... no, perdón, en el barrio del Cerrito de la Victoria, donde transcurrió mi infancia, había un cine llamado "Grand Prix". Allí presencié una película cuyo título se tradujo como "Superman el Invencible", aunque no tenía absolutamente nada que ver con Kal-El. El héroe era un robusto luchador de ajustado traje rojo y máscara negra, que respondía al increíble nombre de "Superargo".
Sobra decir que la película me dio vuelta la cabeza (compréndame, yo tenía nueve o diez años y aún no había recibido la Revelación de gente como Kubrick o Tarkovskii.)
Gracias a la magia de Internet, me he reencontrado con este personaje; así como con mi venerado Ultra Seven, lo más grande que dio la Tierra del Sol Naciente junto con Akira Kurosawa...:P
No se pierda este trailer "psicodélico": "¡SUPERARGO: L'UOMO MASCHERATTO!"
http://www.youtube.com/watch?v=a6FKjcZZ9k8
Qué quiere que le diga: al lado de esto, Zack Snyder y "Watchmen" quedan a la altura de un felpudo
:D :D :D :D :D
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLeí watchmen a la tierna edad de 20 años. Supongo que Alan Moore siendo un genio como es tiene problemas que me atrevería a señalar de "marica arrepentido", (por favor dicho esto sin trazo alguno de homofobia, sino con el fin de usar una imagen del imaginariò colectivo), ya está grandecito, de hecho un poco veterano de más, casi como quien esto escribe, y debería saber que si no quiere que se filme su producto debería establecerlo desde antes. V de Vendetta o Watchmen o creo que se autoexilió incluso de La liga de los caballeros extraordinarios.
ResponderEliminarEs decir...
Las películas antes mencionadas no son obras maestras del género, pero en un género con tan pocos ejemplos dignos, tampoco lo degradan.
Puede pasar que no tenga poder de decisión sobre su obra por haber vendido o cedido esos derechos. Y bueno, joderse. (Como todo humano que no tiene más talento que levantarse a laburar cada mañana no me siento muy solidario con el pobre artista que ve como es "traicionada" su visión por unos pocos millones de dólares. "Pooobre!").
La banda sonora de Watchmen es uno de sus puntos altos, pero lo peor, aún cuando hemos comentado esto con otros cinéfilos intentando ver alguna explicación, es el final, me quedé con ganas de ver al alien gigante en medio de la fracturada NY.
Lo de 300, por salvar al director...
Han leído el cómic?
Porque yo sí, y a menos que se reescriba o se filme hablado en zulú, (y de esa manera sería xenófobo para todos los que no son zulúes), es una historia "lejana", ¿peregrinamente?, basada en los hechos y por supuesto ajustada al comic.
En fin.
Sólo para aprovechar la generosidad del autor del blog y mostrar algo ya sabido, la estética del cine está en el ojo,... y el cerebro, del espectador.
salu2
Figaro, dos cosas y me voy.
ResponderEliminar1) Te queda mucho mejor el otro nickname.
2) Si hacés una comparación línea por línea del cómic 300 con la película, te vas a dar cuenta por tí mismo de por qué la película es muchísimo más jodida ideológicamente que el original. Yo no escribo al pedo.
Estimado Faraone:
ResponderEliminarUtilizo indistintamente dos correos de gmail.
Pastronomia y pastranus.
Mi nombre es claudio pastrana y mi cédula de identidad 1910434-0.
No recuerdo haberle escrito antes y llegué a este blog por referencias de Looney.
No trato de sumarme a sus, al parecer horda de numerosos detractores, o de alimentar su paranoia.
Si desea discutirlo en persona mi correo es pastronomia@gmail.com y puedo aclararle personalmente cualquier duda que tenga cuando lo crea conveniente. Ud. diga donde y cuando.
Por otra parte...
Miller no necesita de las xenofobias de un director para ser xenófobo y la historia, dentro de lo coherente, "es" xenofóbica; si insiste en usar ese término, para todo no espartano de los siglos VI a IV ac.
Esperando haber aclarado el malentendido lo saluda atentamente
Claudio Pastrana
P.D: "fígaro" es el nick que quedó al haber escrito un blog sobre ópera.
(Le aclaro además que creo que la venganza no es algo norteamericano sino humano y que los chinos han hecho una cultura que abarca las numerosas formas de la retribución con grado de detalles y estilos).
La última aclaración es porque veo que mi comentario sobre la película de Chan y Li no pasó la censura.
Los yankys tienen muchos defectos, pero no los inventaron ellos, no son tan inteligentes...
Figaro, tu ganas. Soy paranoico y nunca escribiste en este blog antes.
ResponderEliminarEl comentario que publicaste en la entrada de El reino prohibido lo eliminé porque en él hablabas en un tono altanero y sobrador que no tiene cabida en mi blog. Yo no escribo ni hablo así, y por eso creo que tengo derecho a no tolerarlo ni darle entrada. Déspota, sí, pero administrador del blog.
La falta de ortografía -tengo faltas, y a veces más de las que quisiera- que señalabas tampoco la cambié por la misma razón. Hay que tratarme bien para sacarme bueno.
El primer tema: no creo haber hablado de xenofobia -sí creo que es clara en 300- lo que digo es que 300 película elimina deliberadamente una línea de diálogos magistral -esto lo señaló con mucha puntería Gonzalo Curbelo cuando escribió su crítica para La diaria- que deja en evidencia la intención de los realizadores de que los espartanos se parezcan más a los marines estadounidenses.
Segundo: Sobre el tema de la venganza, no me caben dudas de que es universal y atávica, pero una venganza final que sólo busca cerrar una anécdota secundaria con un revanchismo barato e innecesario es propio del cine norteamericano, y no del wuxia chino.
Los wuxia hasta suelen terminar con la muerte del protagonista, porque su pretendida venganza fracasa, o su arrojo trunca y la ola de violencia que genera acaba volviendo contra él mismo. Esto es difícil de ver en el cine de géneros norteamericano.
Te mando un saludo. Estoy encantado de que escribas aquí, siempre que respetes el único lineamiento que recuerde haber puesto para comentar en este blog.
Ahora me toca a mi pedirle las disculpas del caso.
ResponderEliminarNo pretendí ser altanero al escribir en su artículo sobre el wuxia y si le mostré una falta de ortografía debe ser mi veta docente que a veces al ser por escrito no guarda el contexto de humildad que debería tener cualquier corrección. (Nadie es quien para mostrar faltas con presunción).
Igual le cuento que estoy a la espera de la "proverbial" película de Moore.
Nada de lo que se hace en cine le satisface...
un gran saludo
C
Es verdá, Pastranus, nada parece venirle bien a Moore. Debería haberse rehusado a vender los derechos desde un comienzo, como bien decís...
ResponderEliminarY bueno, nada, entiendo que se te haya escapado el profesor cuando dejaste el comentario.
Ahora sí voy a corregir mi error. Un abrazo!