De playa y de tiburones
Ante la imposibilidad de traducir el título original The Shallows, (en español los bajíos, las aguas poco profundas), y quizá apelándose a un sentido más poético, en latinoamérica pasó a ser "Miedo Profundo", y en España "Infierno azul". Poco cambia: el asunto va de playa y de tiburones que atacan a los seres humanos.
Una rubia texana despampanante sale a veranear a una playa perdida de Tijuana. Mala idea: como se sabe, en el cine dominante el hecho de que los norteamericanos se salgan de sus límites nacionales supone que en breve algo horrible les acontecerá. Dicho y hecho, poco tiempo tiene la chica para disfrutar del surf y de las olas antes de ser embestida y masticada por un tiburón de los más osados. Hábil nadadora, la protagonista logra escaparse y mantenerse a salvo y a flote precariamente, en diferentes túmulos flotantes: una ballena muerta, riscos, una boya. Estudiante de medicina, también se las ingeniará para autohilvanarse y cicatrizar sus heridas con métodos poco convencionales; como en 127 horas, All is Lost o El renacido, se trata de una aproximación minimalista, corpórea, enfocada en las estrategias implementadas ante sucesivas instancias de peligro extremo.
El director barcelonés Jaume-Collet Serra se ha convertido en un artesano perfectamente acoplado a las necesidades de Hollywood, y sus talentos se hacen notar en una filmografía que siempre ha despertado cierto interés: La casa de cera, La huérfana, Desconocido y Una noche para sobrevivir son piezas de género funcionales y bien logradas. Aquí antes del ataque de los tiburones, las cámaras se ocupan principalmente de la protagonista y de sus curvas, con una estética clippera, colorida, y una música cool muy acorde al mundo del surf. Pero cuando comienza la supervivencia propiamente dicha, de pronto la película se torna más urgente y seria, manejando notablemente tensiones y ritmo. Aquí los mayores méritos parecerían encontrarse en los rubros técnicos: una fotografía vistosa y un sonido envolvente funcionan igual de bien tanto por encima como por debajo de la superficie, así como un maquillaje perfecto y un montaje que dosifica muy bien lo que se muestra y lo que no, generando el nerviosismo pertinente en cada secuencia. Si bien las primeras escenas llevan a dudar de si la actriz Blake Lively fue reclutada por sus dotes actorales o por sus medidas corporales, ella bien demuestra estar a la altura de tan exigente tour de force.
Sobre el desenlace el planteo vuelve a decaer, con un enfrentamiento de la protagonista contra el tiburón –muy convenientemente, en algún momento los tiburones se redujeron a uno sólo– más propio del Coyote y el Correcaminos que de una película de acción real. Es allí que comprendemos que, en rigor, éste es un divertimento mucho más liviano de lo que parecía, mucho más cercano a Depredadores que a Gravedad. Por lo pronto, un poco de miedo puede ser, pero de profundidad nada.
Publicado en Brecha el 2/9/2016
2 comentarios:
Siempre se siente tensión y cuando vemos por primera vez la silueta del tiburón empieza a ser más fuerte, aunque hemos visto infinidad de películas sobre tiburones asesinos, ésta sin duda es de las mejores y definitivamente es muy diferente a las demás. No pudo haber mejor elección que Blake Lively
para el papel de Nancy en Miedo profundo del director Jaume Collet-Serra, hizo un excelente trabajo es uno de sus mejores trabajos, fue una excelente decisión, se ve que realizó ejercicios de fuerza y se preparó para el papel. Además las tomas que simulan la visión del tiburón son espectaculares, la manera en la que la tensión siempre está presente es fantástica. Sin duda siempre nos deja al filo de la butaca.
Gracias por tu comentario Diana. Y sí, notable Blake Lively (la vi también en Café Society y es realmente muy buena) y notable Collet-Serra, un tipo que de verdad sabe entretener... Saludos!
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