viernes, 19 de octubre de 2018

A Taxi Driver (Jang Hun, 2017)

Testigo de la masacre


El “Levantamiento de Gwang-ju”, también conocido como “Movimiento democrático de Gwang-ju” o “Masacre de Gwang-ju”, es un hecho histórico emblemático y, asimismo, una herida aún abierta para la población surcoreana. La ciudad de Gwang-ju (sexta de Corea del Sur en cantidad de población) fue uno de los bastiones de resistencia más aguerridos en el año 1980, tras el golpe de estado del General Choon Doo-hwan. La población estaba harta; el asesinato del dictador Park Chung-hee había dado paso a una serie de pujas sociales por la vuelta a la democracia, luego de 18 años de gobierno militar, pero luego de un breve gobierno transitorio se sucedió otro golpe, otra vuelta al más retrógrado de los regímenes militares. 
Luego del anuncio oficial del cierre de la Universidad de Chonman, el 18 de mayo de 1980, se iniciaron los enfrentamientos de estudiantes contra las fuerzas armadas; los militares apuñalaron y mataron a palos a varios estudiantes, y más adelante comenzarían a disparar directamente contra ellos. La ola de indignación se contagió entre la población civil y las manifestaciones se extendieron progresivamente a toda la ciudad, lo que convirtió a las calles de Gwang-ju en un verdadero campo de batalla entre civiles y militares. Tras diez días de represión las víctimas fatales eran incontables, el gobierno de facto minimizó los hechos tachándolos de un enfrentamiento con comunistas armados y afirmando que los muertos habían sido 144, pero hoy se considera que podrían haber llegado a los dos mil. 
Estos sucesos se encuentran notablemente expuestos en esta película. La historia comienza como si se tratara de una comedia liviana, y se centra en un taxista de Seúl, ex militar y ex alcohólico que malvive al volante, bien dispuesto a verbalizar sus quejas contra los universitarios que se manifiestan y cortan las calles. Ante la oportunidad de hacer dinero fácil llevando a un extranjero hasta Gwang-ju, no se lo piensa dos veces, pero el detalle que desconoce de su cliente es que se trata de un periodista televisivo alemán, y que se dirige al epicentro de la insurrección, con la intención de hacer un registro filmado de lo que allí sucede. 


Es así que la narración convierte paulatinamente a un protagonista incrédulo y funcional a las mentiras del régimen en un atónito testigo de la masacre. El actor Song Kang-ho es uno de los grandes del cine surcoreano (ha participado en varias de las mejores películas de ese país, como Memories of Murder, Sympathy for Mr Vengeance, Joint Security Area y The Host, entre tantas otras), y aquí despliega notablemente todo su carisma, recorriendo asimismo un gran espectro de registros emocionales. Su personaje atraviesa toda una evolución, descubriendo formas de brutalidad que nunca hubiese imaginado, así como una también sorprendente solidaridad imperante en la población. Durante los días de la masacre los taxistas tuvieron un rol de resistencia muy activo, participando en las movilizaciones, socorriendo heridos, incluso bloqueando con sus vehículos el paso de los soldados. 
Si bien el cine surcoreano se ha ocupado en reiteradas ocasiones de este hecho histórico, ninguna de las películas que lo habían abordado anteriormente estuvo ni remotamente cerca del taquillazo que supuso A Taxi Driver en su país (más de 12 millones de entradas vendidas), lo que supone además un gran hecho cultural, ya que se trata de un episodio que está lejos de haber sido sellado; el dictador Choon Doo-hwan se encuentra en libertad y nunca obtuvo su debido castigo, al igual que otros tantos responsables de la masacre. Esta película fue filmada cuando aún se encontraba en el poder la presidenta (hoy encarcelada) Park Geun-hye -hija del dictador Park Chung-hee-, quien durante su mandato confeccionó listas negras con los nombres de artistas opositores. Los implicados en esta película conocían los riesgos que suponía su lanzamiento, no imaginando que tendría lugar la destitución de “la princesa de hielo” (tal el apodo de la expresidenta) antes del estreno, lo cual fue, para ellos, una gran suerte. 

Publicado en Brecha el 19/10/2018

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