miércoles, 21 de noviembre de 2007

Indignado (x3)

1. Leones por corderos es una mega-mierda



Al abrir este blog me impuse como condición fundamental el hablar solamente de películas que de verdad valieran la pena, que me entusiasmaran y que me incitaran a dejar algo escrito. No me llama mucho esto de vapulear películas sólo porque a mi no me gustan o de escribir de alguna que ni siquiera merece la pena el malgasto de energías y tinta catódica.
Pero ahora creo que voy a reventar, y si no vierto toda mi bilis en esta entrada voy a tener que salir a la calle y pegarle a alguien.
Y lo peor de todo es que los críticos la aplauden. "He aquí una película comprometida", "un cine arriesgado que incita al debate", "una crítica feroz al stablishment" y toda esa basura. Un carajo. Leones por corderos es la película de un demócrata liberal que se cree progresista y que quiere demostrar que el actual gobierno de EEUU se ha excedido con todo esto de la guerra. Una película orientada para esa gente de derecha -a llamar las cosas por su nombre, porque una persona que cree que una guerra puede ser algo bueno no es otra cosa que de derecha- demócratas o republicanos que se comieron todo ese verso de Bin Laden y los talibanes y que hasta ahora se mostraron acríticos con la intervencion norteamericana en Irak.
"Esto ha ido demasiado lejos" parece enunciar Redford, como si las cosas no hubieran ido demasiado lejos ya desde el primer día que el gobierno de Estados Unidos dejó caer su primer misil en Afganistán.
Está muy claro que al director le chupa tres huevos que en la guerra mueran, sin comerla ni beberla, civiles irakíes por millares y que sí le duele en cambio que los marines patriotas (esos que son tan imbéciles como para alistarse voluntariamente), perezcan en vano, entregados a las tristes e infortunadas arbitrariedades de una guerra mal comandada y peor planificada.
Robert Redford interpreta a un profesor que quiere convencer a su mejor alumno de que apueste por la política, que el congreso es un lugar desde donde realmente se pueden arreglar cosas y que si en los escaños del poder político hubiese sentada gente inteligente y con algo de principios las cosas irían mucho mejor.
No se le puede recriminar mucho a esa visión. Si tuviera que elegir entre Bush y Gore me quedaría toda la vida con Gore, por eso de elegir el mal menor. Pero también es cierto que todos los políticos tienen su precio, y que los principios en las cámaras de Estados Unidos se cotizan y venden al mejor postor. Y que poderosísimas multinacionales vierten todos sus esfuerzos por tener como aliados pagos a todos y cada uno de los integrantes de este congreso. Quizá Redford peque un poco por ingenuo en este aspecto.
Pero el razonamiento que se desprende de la película es lo que me preocupa más: se habla de que se está repitiendo el mismo error que en Vietnam, que la guerra se llevó hasta un callejón sin salida, y que hoy sólo sirve para drenar gastos desmedidos y hacer morir soldados en vano. Como los mentirosos y corruptos políticos republicanos están empeñados en continuar esta guerra, la conclusión es: se ha vuelto urgente y necesario votar por los demócratas.
Y el personaje de Tom Cruise, un senador republicano, -que está muy bien interpretado porque hasta asco da- se presenta como un individuo con argumentos atendibles, se le inventa una lógica convincente que lo coloca casi a un mismo nivel que los personajes más "progres" de la película. Es una actitud muy de gentleman, muy diplomática, muy respetuosa del enemigo por parte de Redford. Como si existiera algún argumento coherente para sostener la guerra más que el del flagrante beneficio económico de unos pocos saqueadores y explotadores de miserias ajenas.
Será cine político, será contrario a las políticas intervencionistas actuales. Pero no me jodan, esto no es de izquierda.


2.Bloggers antiguionistas
Buscando info en la web sobre las actuales huelgas de guionistas de Estados Unidos, corrí con la mala suerte de dar con unos cuantos blogs de fans adictos a las series norteamericanas, en donde se habla de las manifestaciones como de un absoluto despropósito, como un atentado por parte de los guionistas a la ansiedad y a las costumbres del buen consumidor.
No existen fundamentos, solo simple y llana indignación con los guionistas, esos desubicados que retrasan las series, que boludean en las calles con pancartas y que osan detener el ritmo de salida de los esperados episodios.
De verdad me cuesta entender que gente que sabe leer y escribir, que pasa buena parte de su tiempo en contacto con excelentes productos culturales y que le gusta compartir sus conocimientos en las comunidades virtuales tenga tantas dificultades para conectar entre sí a sus dispersas y aletargadas neuronas. Supongo que será en vano explicarles que esos mismos tipos que protestan y hacen piquetes -para recibir una ínfima fracción de los beneficios que unos pocos rastrillan- son la base creativa, la piedra angular de las series que tanto disfrutan.
No está de más recordar que en las series para TV americanas, los guionistas en especial desempeñan un papel fundamental. Si Lost, Prison break, 24, House o Heroes tienen muchos momentos geniales se debe esencialmente a la deslumbrante creatividad de estos tipos. Individuos que, aunque ya ganen más que suficiente, merecen obtener una parte digna de los millonarios beneficios que se generan con las ventas de esas series en DVD y de las descargas pagas de internet.


Pero bueno, en un mundo en que la imagen es todo, lo único que importa es lo que se ve: los actores, la puesta en escena, los trailers, el packing. Los personajes ocultos, los continuistas, los directores, los montajistas, los guionistas y tantos otros trabajadores no sólo no tienen méritos sino que además si se les ocurre luchar por una parte de lo que merecen se los tacha sistemáticamente de lúmpenes desquiciados.
Para los que no lo saben, los guionistas están ganando actualmente 4 o 5 centavos de dólar por cada DVD nuevo vendido, cuyo precio normalmente oscila entre los 20 o 24 dólares. La demanda de los tipos es pasar a ganar 8 centavos. Que el mercado del DVD está en alza no es novedad para nadie, y decir hasta qué punto significa ganancias millonarias para las compañías cinematográficas y de televisión es redundar en una obviedad.
Y que los pelotudos estos, que están tan ansiosos, salgan un poco, paseen, intenten hablar con alguien del sexo opuesto, formen una banda o prueben de masturbarse contra el viento. Sus bienamadas series ya van a llegar, y el mundo no se va a acabar porque tengan que esperarlas un ratito más.


3. Saw IV, la tortura como espectáculo
Bueno, no, este agregado no estaba en la entrada original al principio, pero atravesé una situación harto desagradable, y su relato calza justo con el espíritu de esta seguidilla de circunstancias indignantes.
Maldito sea el día en que elegí escribir la crítica de El juego del miedo IV. Todo porque esta semana no tenía ganas de escribir sobre El duelo de Jet Li, malísima también, y se me dio por optar por el mal desconocido. En la reseña que tengo que hacer para Brecha no voy a poder poner que me pareció una de los engendros cinematográficos más enfermos e indeseables que vi en mi vida, así que acá va una debida descarga.
Cuando estaba por entrar al mismo cine, me encontré en la cola con una pareja amiga, quienes tenían entradas gratis para la película en cuestión y no tenían la menor idea de qué era eso que iban a ver. Venían con mucha hambre y dispuestos a comprar cantidades industriales de alimentos, por lo que noté que no venían preparados como yo y consideré adecuado hacerles una debida advertencia: probablemente se les fuera a cortar la digestión en breve.
Porque no es lo mismo comerse de garrón una película mala tipo El duelo, que en el peor de los casos uno puede aburrirse como un hongo, que tragarse un Saw IV, que puede llegar a arruinarle un buen fin de semana a cualquier cristiano. Por fortuna, mis amigos resultaron tener buen estómago, y toleraron toda la proyección sin irse de la sala. En cierto sentido, me alegré de que, cuando se acabó esa sumatoria de sesiones de tortura que ostenta este filme, ellos salieran de la sala con la misma indignación que yo. Qué bueno que todavía existe gente razonable en este mundo.
La conclusión a la que llegamos fue la misma. Se trata de una película de explotación, donde lo único que importa son las escenas de tortura. La historia, ese accesorio artificial integrado para disimular la total gratuidad, no tenía el menor atractivo ni la menor coherencia. Es más, es prácticamente imposible seguirla, a menos que uno sea de esos enfermitos que se tienen recaladas las dos películas anteriores de la saga.
También acordamos que Saw IV es una auténtica irresponsabilidad, y que, quién sabe, hasta podría ser el empujoncito mental definitivo para llevar a un desequilibrado a decidirse y sublimar activamente sus pulsiones más antisociales.


Y es que Lynn Bousman, director de semejante atentado cinematográfico, se parece al niño que después de destripar un sapo, corre a mostrarle a sus pares su hallazgo, su gran hazaña. Las escenas de tortura están expuestas en detalle, se dan cuentas de los complicados mecanismos para la punición en cada caso y se filman los prolongados sufrimientos en un montaje rápido y clippero, ensamblándose primeros planos de rostros sufrientes, planos detalle de las zonas del cuerpo laceradas y planos generales del cuerpo desde distintos ángulos, como si el fantasma resentido de Eisenstein hubiese tomado clases en la academia de Lucio Fulci.
A diferencia de Pier Paolo Pasolini o Takashi Miike, que lograron películas magistrales en las que también habían horrendas escenas de torturas, Lynn Bousman no tiene interés en pergeñar personajes ni de llamar a reflexiones acerca de los estadios más bajos del ser humano. La punición de los cuerpos se torna un acto impersonal, vulgar, ideal para un voyeurismo sádico.
La explotación de la tortura en el cine se ha convertido en un negocio millonario que, de momento, no va a detenerse. Los mismos censores puritanos que en Hollywood le ponen trabas a la distribución de películas con altos grados de erotismo, le dan absoluta libertad de difusión a estos productos, ya que contrariamente a lo que pudiera parecer, esta película fue calificada R y no NC-17. La tortura, recordemos, no es un "comportamiento aberrante" en los Estados Unidos, y el mismo gobierno la aplica dentro de su territorio; Guantánamo es el caso más paradigmático.

Y ahora, gracias a la industria, la tortura es un comportamiento de exhibición popular, socialmente familiarizable. ¿Será este el futuro de Hollywood?

10 comentarios:

Lady Speiner dijo...

Sí que es una megamierda Leones por corderos, pero grande como un zepelín

Besos Diego

Josep Lloret Bosch dijo...

Ja, ja... Faraway, veo que tienes el ánimo exaltado hoy...

Eso te pasa por creer que Redford es capaz de hacer algo "políticamente incorrecto" y por esperar que Cruise se meta en alguna película seria. Veo que eres un optimista. Esos dos jamás han arriesgado nada.

Por lo que hace a los quejicas adversos a los guionistas, ya se sabe que hay gustos para todo y que muchos son quienes ignoran que lo que se ve en pantalla, sea chica, sea grande, es fruto del esfuerzo ingente de muchas personas; coincido contigo en que la desproporción de sueldos entre los que tienen ideas y los que les otorgan una fisicidad necesaria es injusta.

Claro que también hay que decir que algunos guiones, tanto de tv como de cine, jamás deberían haberse filmado, pero eso ya es harina de otro costal.

Saludos.

p.d.: tómate una tila, que la cosa va para largo. :-)

Diego Faraone dijo...

Supongo que recaigo mucho en el error de confiar en lo que dice la crítica. Se venía comparando Leones por corderos con Redacted, en cuanto a contenido político, y se hablaba de un cine comprometido, arriesgado, transgresor. Deposito mis esperanzas en De Palma. Si el también me defrauda, no sé que será de mi.

Bueno, sí es cierto que la amplísima mayoría de los guionistas de la industria de hollywood no tienen muchos méritos que digamos. Pero queda claro que son un engranaje indispensable de la maquinaria, y lo están demostrando en este mismo momento. Me parece muy bien que hagan sus reclamos. Ahora sí, no creo que esta huelga se lleve a mucho más. Para el lunes iba a haber una instancia de negociaciones, y si los productores se la piensan un poco, van a darse cuenta que conviene cederle a los guionistas lo que reclaman.
La huelga de guionistas de 1988 duró 22 semanas y le costó a la industria más de 500 millones de dólares.

Anónimo dijo...

Qué pensas sobre "Stranger Than Fiction"
Se agradece respuesta.

Diego Faraone dijo...

Comentador anónimo: supongo que esa pregunta se debe a la importancia del guión en esa película, por eso la publiqué aunque al principio me pareció un poco off-topic.

La verdad es que a mí me paspan un poco esas pelis en las que los guionistas se pasan de inteligentes, y que desbordan la película de giros autorreferenciales.
Charlie Kaufman, por ejemplo, tiene el extraño mérito de resaltar más en las películas que los propios directores y lo cierto es que sus guiones, tan pretendidamente inteligentes, me cansan un poco.
Sin embargo, Stranger than fiction me gustó pila. Me parece que aparte del guión cerebral hay mucha fuerza y emotividad plasmada en esos fotogramas. Además, adoro a Emma Thompson.
¿Qué pensás vos de Stranger than fiction, anónimo?

Cris dijo...

uff, leones x corderos y saw IV en la misma semana. no quiero ni imaginármelo. pero me sumo a lo dicho por josep: exceso de optimismo!! no he visto ninguna de las dos, el trailer me ha bastado para ahuyentarme de las salas.
saludos

El gaucho insufrible dijo...

Los fans de series y sobre todo los que escriben blogs sobre las mismas y mucho consumidor en general de material de Internet - en donde a veces me incluyo - se están transformando en unos completos idiotas por esa fiebre de tenerlo todo antes, mas rápido, ser el primero del barrio en ver el capitulo nuevo de "Lost", tener la versión "pre-air" de "Galáctica", etc, etc y claro si los guionistas paran el ciclo es como si les quitaran su dosis de heroina y no entienden razones.

Manuel Márquez dijo...

Sinceramente, compa Diego, no comparto tu acerada crítica acerca de Leones por corderos: más allá de la valoración que se pueda hacer de su intencionalidad política, o de su mensaje, o de su sentido crítico o no crítico, creo que como producto cinematográfico, sin ser ninguna obra maestra, desde luego, y aun apreciándole defectos de bulto, tampoco es tan mala (se estrenan todas las semanas cosas infinitamente peores). Pero, en fin, para eso están las discrepancias, para expresarlas...

Un abrazo.

Diego Faraone dijo...

Márquez: estaba esperando algún comment como el tuyo. En la entrada original me quise detener específicamente en la concepción ideológica de la película, y opté por no analizarla a nivel cinematográfico, en el cual, sin dudas, tiene sus méritos. Lo mismo va para Saw 4, que aquí y allá le encontré, a nivel de puesta en escena, algunas cosas interesantes.
Más bien buscaba hacer una descarga, y no un análisis riguroso. De haberme propuesto hacer una crítica seria y profunda, habría señalado algún acierto de Leones x corderos. Pero no fue el caso.
Quizá no estemos muy en desacuerdo al respecto, después de todo. Gracias por dejar tu comentario.

Oldboy, está rebueno lo que decís. A lo mejor estos bloggers son el monstruo de Frankenstein que generaron los guionistas, y que hoy se revelan contra sus propios creadores.

BUDOKAN dijo...

Me ha gustado la pasional crítica que haces del film que no te ha gustado, por cierto aún no lo he visto y por tu comentario no me dan muchas ganas ahora. Lo de los bloggers anti guionistas no me parece justo, lo digo porque soy guionista. Muy bueno el post. Saludos!