A los llamados “críticos de cine” bien se nos podría agrupar en tres categorías. La primera está compuesta por los promotores, y en rigor ni siquiera puede decirse que sean críticos. Son los más fáciles de identificar y se dedican simplemente a difundir estrenos comerciales, refritar sinopsis y adjetivar con complacencia. En la prensa, sus reseñas son absurdamente breves y descriptivas, y por lo general vienen acompañadas con fotos del doble de tamaño que el cuerpo de texto.
Cuando entrevistan a alguien, lo hacen en función de la popularidad del entrevistado, y por eso siempre priorizan la presencia de actores y estrellas antes que la de otros profesionales. Quizá exista entre ellos algún estudioso del cine, pero, por las razones que sea -de elección u obligación- siempre terminan siendo funcionales al cine dominante.
Sin embargo, al ser tan abierta y llana su función y sus métodos, son exactamente iguales a cualquier otro promotor o promotora y -de la misma manera que nadie espera que la chica que trata de convencernos de comprar determinada marca de sopa en un supermercado critique el producto que se supone intenta vender- resultan irrelevantes, por lo que es mejor pasar rápidamente a la siguiente categoría.
Los criticoides tampoco se ajustan demasiado a lo que normalmente se entiende como críticos. Abundan en los medios escritos y hasta en las revistas especializadas, pueblan los sitios web y son mayoría en las críticas de youtube y otros dominios. Se supone que son expertos, pero eso no se ve reflejado en sus exposiciones. Su característica primordial es valorar sin justificar, opinar sin respaldar sus dichos. La diferencia entre un criticoide y un crítico es que los primeros carecen de las herramientas necesarias para justificar sus opiniones o, si las tienen, no les interesa utilizarlas, tal vez porque creen que su gusto o que su firma bastan. Fiarse de una crítica infundada es confiar en la valoración de un opinador que cree tener un gusto elevado, prodigioso, que piensa que por haber visto más cine que los demás sus opiniones se vuelven significativas. Pero en fin, estos instructores ilusos tampoco interesan demasiado.
Los únicos críticos que merecen tal nombre, son los que demuestran un esfuerzo por justificarse. Es cierto que muchas veces la justificación de afirmaciones mínimas puede resultar engorrosa, inviable por cuestiones de espacio o sencillamente aburrida. Pero los enunciados que resumen una crítica, tipo "Tripulación Dave es una mierda" o "Pulp fiction es una obra maestra", o "300 es una película neo-fascista" deberían ser respaldados con claridad y transparencia. Claro que no siempre es fácil encontrar razones objetivas para justificar experiencias y valoraciones subjetivas, pero los críticos que vale la pena leer son los que se estrujan los sesos por dar con ellas.
Con estos críticos en particular se puede estar en desacuerdo, con ellos pueden haber disentimientos mortales en materia de gustos y a veces hasta indignan o su estilo resulta llanamente molesto. Pero no se puede cuestionar su condición de críticos críticos. El problema de estos sujetos es que pueden tener una sensibilidad extravagante, a veces se centran en cuestiones mínimas que a nadie importan y en muchos casos contrabandean sus opiniones como si se tratasen de datos de incontrarrestable objetividad. Aquí un puñado de “pistas” para no dejarse embaucar por estos entusiastas del material fílmico.
Hay que tener especial cuidado cuando los críticos hablan de un cine “contemplativo”; esto normalmente quiere decir que el filme reseñado es de corte trascendental, quintaesencial, demiurgico y extra-diegético, y que para verlo es buena idea tomarse medio litro de café antes, quizá durante la proyección. Es frecuente que buena parte de los críticos califique a este tipo de películas con una inmensa cantidad de asteriscos. Cuídese de la sobreabundancia de asteriscos, sobre todo si la película es de origen chino, japonés, malayo, griego o ruso, y especialmente si está firmada por directores de apellido Kiarostami, Sokurov, Reygadas o Weerasethakul. Es probable que un clímax de virtuosismo sea un plano fijo de veinte minutos de duración, de un árbol cuyas hojas son mecidas suavemente por el viento.
Otro adjetivo peligrosísimo cuando es esgrimido por los críticos es “sugerente”. Rehuya como a la peste de las películas encumbradas por su poder de sugerencia. Lo que suele suceder en estos casos es que, al aburrirse mortalmente, el crítico se embarca en procesos creativo-interpretativos, y es así que filmes soporíferos e intragables se convierten en obras maestras incuestionables. Los mortales no sólo no podrán disfrutar de ellas, sino que además caerán en la cuenta de que su limitada percepción les impide acceder a tan elevada significación.
Otro par de términos que gustan mucho a los críticos son “sobrevalorado” y su antónimo “subvalorado”, y son utilizados normalmente para manifestar desaprobación por consensos generales hacia determinada película o director. Estos vocablos son más elocuentes de lo que parecen. En primer lugar se desprende que la probabilística juega en contra de quien se explaya, ya que existe una mayoría de personas con una opinión opuesta. Es recomendable, en estos casos, no hacerle caso al crítico. En segundo lugar, el término deja de manifiesto que el crítico estuvo leyendo reseñas ajenas antes de expedirse, que está opinando como reacción al consenso general, y que, con seguridad, no esté siendo del todo justo con el objeto reseñado. Desconfíe de las críticas en las que se utiliza cualquiera de esos términos.
Y mucho, muchísimo cuidado con el término “interesante” aplicado a algún aspecto de una película. El crítico está llamando la atención sobre algo atípico, que escapa a los estándares fílmicos. Pero de ahí a que lo que se señala sea realmente interesante, un mundo. En las puntuaciones con asteriscos que la crítica utiliza frecuentemente, la calificación “interesante” equivale a dos asteriscos en cinco, es decir, a películas menos que buenas, y algo mejor que llanamente malas. El “interesante” del crítico puede significar que normalmente destruiría la película, pero que ese día se despertó compasivo y de buen humor.
Debo confesar que evito a toda costa las películas “interesantes”, pero más que ninguna, a las adjetivadas por la crítica como “amables”, término más terrible aún. La amabilidad en el cine es lo contrario a la intensidad, y está claro que los filmes gentiles no emocionan, no hacen pensar demasiado, no sorprenden y quizá entretengan, pero no mucho. Las grandes películas, pertenezcan al género que sea, incluso comedias románticas o musicales, tienen sus costados trágicos, descolocan, sorprenden en algún momento, pero la “amabilidad” no es una de sus características. El cine memorable está cubierto de alambres de púas, no de franelas. Ni uno de los grandes directores de la historia del cine se caracterizó por hacer filmes de este tenor, y de haberlos filmado, esas obras habrán caído en el más penoso de los olvidos. ¿Para qué perder el tiempo, entonces, en películas amables?
Cada día me aseguro más de que al ser uno de los géneros más subjetivos del periodismo, la crítica de cine varía de acuerdo al estado de ánimo del cronista, depende de las horas de sueño adeudadas que tiene cuando va a ver la película, de los prejuicios o preconceptos que acarrea respecto a directores o géneros, de la información que consume antes y que lo predispone de cierta manera. Todas estas variables no pueden verse reflejadas en una reseña, por lo que se vuelve imperativa una lectura crítica de las críticas. Una vez asumidas estas cuestiones, el material regurgitado periódicamente por los críticos puede convertirse en un arma provechosa para enriquecer la mirada y quizá para poder guiarse, con relativa autonomía, por un vastísimo terreno de ofertas cinematográficas.
Publicado en Brecha 8/8/2008
21 comentarios:
Una buena disección, sin duda, de quien conoce a fondo su profesión.
Cualquier crítica -no tan sólo de cine- como comentario de obra ajena, entiendo que forzosamente será subjetiva si el crítico es fiel a sí mismo. Sus lectores ya sabrán, cabe suponer, si coinciden o no con sus apreciaciones y por lo tanto se dejarán guiar por su experiencia previa acerca del objeto criticado.
Permíteme discrepar de la consideración que haces del adjetivo "amable"; parece que lo rechazas como inaplicable en cualquier película de mérito.
Creo que, aún siendo cierto que en toda gran película siempre hay algún momento en que su autor deja las cosas claras de forma más o menos explícita, hay grandes películas que son etimológicamente amables, en el sentido más leal de objeto de amor, cinéfilo en este caso.
Estaría dispuesto a estar de acuerdo contigo si el adjetivo amable se refiriera únicamente al concepto secundario de objeto que no contraría el ánimo, pero esa es una reducción de significado que no tiene porqué ser la única.
En cualquier forma, del contexto deberá el lector dilucidar el alcance del adjetivo "amable".
Tampoco hay que darlo todo mascado... :-)
Un abrazo.
Estimado Faraway; un gusto leer tu blog por primera vez. Debo decir en parte tenés razón en lo que decís, pero también hay que señalar que los "críticos" tienen una fama de soberbia (que en mi opinión se la forman ellos mismo) y la gran mayoría de estos "críticos" en realidad son meros "opinólogos".
De igual manera, comparto muchas de las cosas que publicás, lamentablemente no tengo el vocabulario técnico que tenés por lo que me cuesta más dar una opinión al respecto sobre algunas películas.
Saludos
P.D: Gracias a tu blog, estoy conociendo películas que valen la pena apreciar.
Buenas.
Lo que acabo de leer sí que pone los puntos sobres las íes, y tanto mejor aún, nunca mejor expresado por añadidura.
Valdría decir que un verdadero crítico, porque es lícito despreciar a los otros dos ejemplares títeres de tu clasificación, es uno que tal vez antes de agarrar la pluma se anima a sobrellevar un proceso similar al que hizo famoso a Descartes, aquél formulado en su “Discurso del método”. Seguramente se debe obligar a sí mismo a despojarse de todo lo visto y leído acerca de la película que pretende analizar, olvidando sus prejuicios e ideas preconcebidas sobre géneros, origen del film, directores y demás (como bien explicaste), y sobre todo borrarse de la cabeza toda la previa propaganda, ya buena o mala, de la cual fue objeto el film en cuestión. Una especie de procedimiento que sirve a modo de purificación del escalpelo del crítico, dejándolo pronto para empezar de cero con su disección; esto le permite al indagador descubrir incluso minucias y demás detalles específicos que tal vez de cierta predisposición no hubiera apreciado jamás… Y una vez encontrados todos los pormenores el examinador puede extenderse por escrito lucidamente esgrimiendo todos los argumentos necesarios para referir la película. Y sí, ¡qué más importante que los argumentos!
Saludos.
Un buen articulo Faraway.
A mi personalmente me cae bastante pesado una tipologia de critico de cine (o musical también) en la que para darte una descripción informativa general sobre una pelicula, actor o director éste utiliza una referencia a otra pelicula actor o director muy particular en general conocido solo por sibaritas del cine.
En estos casos pareciera ser que cuantas mas referencias cultas o semidesconocidas tuviera la critica esta ha de ser mejor.
Esto en la critica musical y en los opinólogos blogueros en general abunda y es la temible enfermedad del "name-dropping".
También recuerdo con especial enfado una critica que lei una vez de King Kong en la revista "Fotogramas" en donde el critico empezaba diciendo algo por el estilo (utilizo cualquier nombre para exagerar):
... si Truffaut hubiera sido XXXX (aqui va cualquier adjetivo por ejemplo "aficionado a los hongos alucinogenos" o "adicto al jamon iberico") entonces habria concebido una pelicula como ésta...
Éste es un recurso que he visto varias veces, pero en este caso que comento la metáfora continuaba y ocupaba el 80% de la critica, para rematar la opinión de la pelicula en dos párrafos.
Salu2
Josep, claro, no estoy hablando del "amable" como sinónimo de "querible" o "adorable", allí evidentemente el asunto cambia.
Estoy muy de acuerdo con lo que decís, los críticos deben de ser fieles a sí mismos, siempre, y los lectores deberían saber considerar y tolerar su subjetividad, y lidiar con ella.
Cala, gracias por venir por acá y por dejar tu comentario. No sé cuál es el vocabulario técnico que decís, pero nada, espero no te prives de opinar por eso...
Bueno, me alegra que este blog le sirva a alguien de algo. Después me decís que te parecen esas pelis.
Gerardo. Esa es la idea, intentar ver una película libre de preconceptos, pero claro, eso no siempre es posible, y no todos los días uno puede descansar bien...
Oldboy. Tenés toda la razón, esos quedaron fuera. Qué manera de embolarla, que actúa tal actriz que estuvo acá y acullá, y fulano de tal que fue director de fotografía para este y aquel otro director...
unos ladillas. Y qué alarde de conocimientos (o de información levantada de internet) al pedo.
Che, no dejes de ver el trailer de Ponyo on a cliff, que es maravilloso. Y la niña japonesa cantando la canción original, sublime. Hasta me dieron ganas de colgar ambos videos en una nueva entrada...
Josep, esa película del Dios Miyazaki la vas a tener que ver!
Un abrazo para todos!
Tomo nota, Faraway. Aunque me temo que va a tardar en aparecer por aquí, pues en la ficha de imdb de momento no tenemos fecha de estreno...
Por cierto: Esa encuesta que has colocado relativa a Batman, no esperes que nadie pueda votar de este lado del charco: no nos das tiempo. Estrena el día 13, así que, si te es factible, alarga el período de votaciones. De todos modos, ahora que lo pienso, en este lado ahora es verano y vacaciones...
Un abrazo.
Me ha dado risa tu clasificación. Debe ser porque tenés razón. Para mí el crítico es una especie de iniciado que habla de aquello que ama: el cine, y lo hace con pasión. Por eso es subjetivo, pero también es conocedor y lo que hace es compartir aquello que le gusta con su lector.
A mis alumnos les prohíbo la palabra "interesante"... nunca una palabra estuvo más vaciada de significado.
Como verás, mi visión es más romántica, pero sigo muchos de los consejos que nos das en tu post.
Un saludo desde Baires.
Hola Faraway y felicidades por el blog.
En cuanto al artículo, me ha parecido muy gráfico. Aunque quizás te has olvidado a los temibles críticos literarios y personales. Esos que cuentan su vida o se olvidan totalmente de la película. ES una opción interesante (y a veces valiosa), pero de cada texto bueno salen veinte infumables.
De todos modos, reconozco haber utilizado "amable", "infravalorado", "sugerente" y "contemplativo" en algunas críticas de Miradas. El problema no son las palabras en sí sino el abuso que se ha hecho de ellas. Hasta el punto que ya han perdido su significado original.
Saludos!
Me parece muy interesante tu clasificación... je. No, en serio, creo que expresa lateralmente (o yo quiero que exprese) algo que empecé a pensar sobre la crítica de cine desde hace un par de años, es decir, desde que ocasionalmente escribo alguna que otra. Me da la impresión de que en las reseñas de cine normalmente se habla de lo que cuenta la película, de la anécdota, como si fuera algo que nos acaba de contar un amigo (intradiegéticamente, por seguir tu corriente); eso pasa en el 90 % de los textos. En el otro 5% puede haber información pura, que en el mejor de los casos es un aprovechamiento tendencioso de una cadena de datos provista por IMDB (ej: cómo no va a estar buena la peli si el coguionista es Mengano, que había sido el que hizo el borrador de aquella peliculaza que fue...). El otro 5% son aportes "técnicos" (la edición, los planos, la iluminación, el descubrimiento de una cita a un maestro); cuando una crítica periodística se basa en este tipo de disección "técnica" suele significar que al periodista no le gustó la película pero no se anima a decirlo (y, por supuesto, la reseña es un plomo).
O sea: en las críticas de cine casi no se habla de cine. Sobre todo si se las compara con las de literatura, teatro o arte. Creo que está relacionado con el hecho de que, dicho cariñosamente, cualquiera escribe de cine. Pareciera que lo único que exige la reseña de cine es ver cine. Y cada vez es más fácil ver cine; la tele y el adsl nos lo embuten adentro de casa. En cambio, para "saber" de teatro hay que haberse tomado el bondi al teatro, haber guardado los programas y tener una carpetita de reseñas de prensa o muy buena memoria (no hay equivalente a la IMDB o la TV cable); con el arte es igual y con los libros, parecido (hay adsl, pero sigue llevando un buen rato leer un libro, no importa si es papel o pantalla).
Otra cosa, en este caso positiva, que distingue a la reseña de cine respecto a las otras, es su lenguaje. Lo veo en mí y en otros: cuando se escribe de cine, se escribe más suelto, más rápido, de mejor humor. Como si no hubiera tanta responsabilidad, como si no se pudiera cometer una macana muy grande. Tal vez tenga que ver con el hecho de que el cine es un espectáculo industrial (los libros un poco, el arte y el teatro casi nunca) y entonces se lo puede tomar con más distancia, sobre todo en una ROU donde casi no se hace cine. O de repente es porque se escribe desde la conciencia de que se está comentando un espectáculo no demasiado importante. El hecho es que la escritura de reseñas de cine permite guiños y juegos que difícilmente se ven cuando se habla otras artes.
Para terminar, y para matizar estas opiniones no del todo positivas hacia la actividad de reseñero cinematográfico y lo que la genera, quisiera aclarar que mi ideal de crítico (para cualquier arte) fue un argentino que escribía de cine, Rodrigo Tarruela, cuya reseña de 'La sociedad de los poetas muertos' me demostró que una buena crítica siempre educa, ilumina y deja pensando a la juventud.
Bueno bueno bueno, acabo de pescar tres críticos de cine al hilo: una argentina, un español y un coterráneo. Y ninguno apareció para darme palo, así que por ahora voy bien, zafando...
Liliana: supongo que tu definición es más amplia, y por consiguiente, más tolerante que la mía. A mí la revolución internetística me ha abrumado con tantos escribas sabiondos, y me han hecho perder tanto tiempo leyendo textos improductivos... quizá de allí me hayan surgido tantas exigencias.
Gran abrazo.
Carles: Me alegra mucho que estés por acá hermano! No sabía que tenías un blog propio, lo estaré visitando de aquí en más. Muchas gracias por el link.
Por lo que decís de los términos malditos: ¡yo los usé a todos!, y es probable que los vuelva a usar, ni bien me descuide.
Este texto, como todos los que he escrito sobre la crítica en los últimos años, surgen sobre todo gracias a una dolorosa introspección.
De lo que decís de los críticos que hablan de sí mismos, sí los nombré en este palo a El amante cine que salió hace ya un par de años:
http://www.miradas.net/2006/n51/estudios/articulo7.html
Un gustazo que hayas venido. Saludos!
Sig! Ahora mismo estoy elaborando una disección técnica, pero creo que no como decís, porque la película que estoy reseñando me fascina. Será una disección hecha desde la curiosidad, intentando desentrañar cierta genialidad. Algo complicado y, supongo, poco fructífero. En fin, por lo menos me divierto.
Hablás de escribir más suelto, más rápido. Eso supongo que surge siempre que uno se siente en casa, tratando un tema hipermasticado y que le despierta ciertas urgencias por transmitir algo. Eso es grandioso, y por eso está bueno explotar esa veta. Lo que no creo que esté bueno es eso de pensar que existen menos riesgos que con otro tipo de críticas. Quizá sea cierto, pero eso no debería conllevar una pérdida de rigor periodístico al hacerlas. Como bien decís, a mí también me gusta que las reseñas me enseñen algo, me hagan entender cosas que no entendí, me aporten información que desconocía. Y por eso creo que un buen crítico es uno que se rompe el culo estudiando.
Voy a tratar de ubicar ese artículo de Tarruela. Te mando un gran abrazo y agradezco pila semejante aporte. Nos tamos leyendo.
Coincido con lo que has dicho. Por varias de las cosas que mencionas, desde hace tiempo que deje de leer criticas de cine... en su mayoria me parecen "improductivas" y las que mas detesto son aquellas en las que se hablan de peliculas "sobrevaloradas" o "infravaloradas"... ademas que a veces es como una epoca, y a todos los criticos les da por hablar de eso...
Saludos desde el otro lado del Atlantico.
(va sin tildes por el teclado)
Te felicito por la ironía y la puntería, faraway.
Quizá el problema de base sea el haber agrupado en el gremio de la crítica varias profesiones que no tienen nada que ver. Utilizando ejemplos españoles (con perdón), me niego a creer que Boyero, Losilla, Sergi Sánchez y José María Latorre se dediquen a lo mismo. Para mí sólo uno de ellos hace crítica de cine. Los demás son columnistas, periodistas o historiadores, profesiones -por cierto- igual de dignas y respetables que la de crítico.
En fin, nada más. Te sigo leyendo.
Un saludo.
Pos ya me confundi, jeje. Nah.. excelente tu postura, Faraway, como ya va siendo una costumbre tuya de ti...
Me centre mucho en tu opinion cuando las palabras "sobre y subvaluadas" aparecen en una critica. Cuando por lo general la película "popular" es por comun la sobrevalorada y la "impopular" su opuesto. No puedo afirmar que "nunca" me he dejado llevar por una critica a ver un cinta y en su mayoria, como mencionas, salgo con la duda sobre si yo soy el poco perceptivo o el critico es un soberano imbecil pretencioso (que de esos, abundan)
Creo que la critica de cine es una profesión muy maltratada por lo mismo y la verdad es que con cada nuevo seudocritico que aparece, la profesión se denigra más. En lo absoluto yo soy un critico de cine, más bien soy harto condescendiente (eso del estado de animo influye mucho en mi) y sin embargo, cuando algo me choca, me choca y ya, no hay mas.
Esos asteriscos que mencionas, aca se los ponen como costumbre al cine de Reygadas... y yo de plano no le encuentro esa maravillosa poesía que dicen le imprime a su cinta (creo que me choca cuando se compara con el maestro Tarkovsky)
Defiendo tu postura y estoy de acuerdo en casi todo. Salvo en eso de "huirle" a una película. Creo que yo me chuto todo... luego por eso salgo adolorido mentalmente. Pero también de esos errores, de hacerle caso a uno que dice que sabe, se aprende.
Saludos, mi estimado... Felicidades por tu post
Juniper, ya sos una habitué de este blog, así que supongo que alguna crítica leerás, las mías al menos. A mi las críticas pueden llegar a irritarme mucho, pero igual nunca llego al punto de dejar de leerlas. Te felicito por la decisión, anyway.
Uff doncecilio, me doy cuenta que no sé un carajo de críticos de cine españoles. Yo apenas leo los que puedo y más me interesan: los de Miradas, Tren de sombras, y algún blogger amigo como el querido Josep. Supongo que tendrás toda la razón...
Agradezco tu visita. Saludos!
Ad, en realidad yo también me veo casi todo. Si hablo con propiedad de Kiarostami o de Reygadas es porque vi todas sus películas, y al decir verdad, no es algo de lo que me sienta muy orgulloso.
Por lo general trato de ver las películas que más resuenan en los medios especializados, y así es que de vez en cuando surgen en mí los más primarios instintos homicidas.
Pero bueno, a los que no son tan obsesivos como nosotros, les recomendaría directamente que le "huyeran" a determinadas películas. Igual ad, de ahí a que me hagan caso hay una gran distancia.
Un abrazo.
Oye, pero el "hacerle caso a uno que dice que sabe" no era por ti, eh. Aclaro, aca hay miles de criticos de cine (eso creen ellos) que empezaron en revistas de chismes, de rumores y de tarugadas de las telenovelas... Y luego, por azares del destino (o por cubrir un espacio en la revista) los colocaron como criticos de cine...
Y de esos hay en cantidades obcenas aca. Te imaginaras la clase de estupideces que escriben. Voy a buscar una de esas y te mando el vinculo
Hola, Faraway.
Realmente dices verdades como un templo.
Yo particularmente recelo de cualquiera que se haga llamar “crítico”… “yo critico…”, no se, da la sensación de que vayan todos con alzacuellos bendiciendo o anatomizando, como si la opinión de un simple mortal con diarreas ocasionales (como todos) valiese su peso en oro.
Prefiero al simple aficionado al cine, al que se interesa por él, y con quien se puede conversar desde el interés, y no desde la prepotencia, pedantería, y sobreestimación propia.
Buenas, es mi primera vez en tu blog. Muy buena nota esta la de la crítica y de los criticos. En lo personal las críticas no son más que opiniones subjetivas, por ende al ser opiniones, no son discutibles, son respetadas y escuchadas. En ellas interfieren los gustos, la ideologia, las vivencias y demás; pero hay que saber leer entre líneas. Claro ejemplo: El otro dia pasó que un diario local de la ciudad dónde vivo (Rosario - Argentina), un crítico le puso cinco estrellas a Sex and the city y la elogio de una manera...se notaba que esa crítica estaba interferida y contaminada mas que nada por su fanatismo por la serie. La crítica para mi (aclaro que soy cineasta) no es mas que una opinion. Y esto no lo digo con soberbia ni quiero desmeritar, no es mi intencion hacerlo. Un abrazo y muy bueno el blog. Te invito a que pases por el mío.
Ariel.
Irian, concuerdo, claro que sí. Y me alegró mucho encontrarme con tu nota sobre Persépolis , ya me imaginaba que era una peli para el perfil de tu blog.
Ariel, muchas gracias por venir. A tu blog ya lo tengo en la mira desde hace unas semanas. Me gusta mucho tu estilo, y la originalidad en la elección de las pelis reseñadas.
Sobre lo que decís del crítico de Sex and the city, no conozco el caso en particular, pero también existen los casos en que las grandes distribuidoras "compran" críticas positivas. No conozco personalmente críticos que se coticen, pero que los hay los hay, y muchos más de los que uno quisiera creer. Hay que desconfiar de la sobreabundancia de asteriscos cuando se está hablando de un estreno muy comercial. Quizá más en particular con la crítica norteamericana, que tiene una inmensa influencia sobre la taquilla.
Un gran abrazo y nos estamos leyendo.
bueno, bueno, creo que si me pongo a escribir repetiría tantas cosas que ustedes han comentado, que será demasiado redundante. Totalmente de acuerdo con la mayoría de los comentarios y sobretodo con el post, Faraway. Me ha parecido una reflexión muy completa y con unos toques de ironía muy acertados. De vez en cuando es necesario llamar a las cosas por su nombre! por otro lado, perdón por la tardanza, veo que he llegado una vez el debate quedó totalmente definido.
un abrazo
Tantas gracias Yorgos, me alegro que te haya gustado el post. A mi me divirtió mucho escribirlo. Un gran abrazo!
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