miércoles, 11 de agosto de 2010

El origen (Inception, Christopher Nolan, 2010)

Un sueño compacto

Está claro que los cineastas del cine mainstream no sirven para filmar sueños. Por razones concretas –los montajes rápidos, la rigidez arquitectónica, la contundencia física, lo racional y coherente de los diálogos y el poco lugar que se deja para las pulsiones- las atmósferas “oníricas” de estas películas dejan muchísimo que desear, delatan la falta de imaginación de los creadores y develan cómo el formato popular masivo acota sus posibilidades. A siglos luz de distancia de los de Terry Gilliam (El imaginario del Dr Parnassus), Jim Jarmusch (Dead man), Takashi Miike (Audition), o Pen-ek Ratanaruang (Ploy), y a milenios de los viajes de David Lynch o Hayao Miyazaki, los sueños en El origen se parecen demasiado a las películas de acción y muy poco a los sueños reales: para ser una película cuya principal locación es el inconsciente, se siente inmensamente lógica y vívida.
Si se deja de lado este detalle, si se asumen las complejas reglas de juego que la película plantea y si se logra mantener la vigilia durante los 148 minutos de metraje, la propuesta puede ser interesante y hasta estimulante, algo así como un complicado ejercicio de lógica y velocidad interpretativa. Además de intrincado, el guión está muy bien concebido y, como en algunas de las mejores series norteamericanas de hoy, se confía en el gran poder de abstracción de los espectadores y en su capacidad para mantener la atención durante todo ese tiempo. El director Christopher Nolan (Memento, El gran truco) parece repetir varias de las fórmulas de éxito de su anterior película Batman, el caballero de la noche: una trama densa e hiperdialogada, mucha acción, una complejidad creciente y muchos personajes de gravísimo semblante –la terrible seriedad de la película parecería gritar: “¡miren que esto es mucho más que una película de entretenimiento!”-. También se repite el principal defecto de su precedente: se abruma al espectador con datos, espectacularidad desatada y giros narrativos, sin dejar lugar para la distensión. El riesgo que se corre cuando se siguen estos pasos es que, paradójicamente, se pierde intensidad. Los picos altos en las películas necesitan de una contrapartida de tranquilidad para ser tales, y en este caso esa carencia se hace sentir.
La trama es complicadísima y difícil de resumir aquí, pero en un principio podría decirse que el protagonista es un ladrón que se dedica a extraer secretos valiosos de las profundidades del inconsciente, y que trabaja para el mundo del espionaje corporativo. Pero el asunto se complica cuando le ofrecen un trabajo por el cual tiene que invertir su labor habitual. En lugar de robar una idea durante el sueño debe colocar una, y semejante operación trae riesgos inesperados.
Lo que llama considerablemente la atención, y quizá sea un síntoma de los tiempos que corren, es que el grupo contratado para llevar a cabo la arriesgada labor lo haga sin un mínimo de conciencia crítica. Están siendo empleados por el dueño de un conglomerado multinacional para perjudicar a otro, y, enfrascados en su tarea, no cuestionan ni una vez si lo que están haciendo es una buena acción. Resulta extraño en una película que se la juega tanto a ser profunda e inteligente.

Publicado en Brecha el 13/8/2010

11 comentarios:

sé de cine dijo...

Todavía no la vi pero me tenía preocupada tanta unanimidad respecto a esta película en la comunidad bloguera. Son muchas las películas que se adentran en el inconsciente pero pocas las que logran un salto de calidad, Gondry es un buen ejemplo con La Ciencia de Los Sueños y Olvídate de mi.
Saludos

Manuel Márquez dijo...

Pues, finalmente, compa Diego, no me terminó de quedar claro si te gustó o no te gustó: das algunas de cal, y otras de arena... Está claro que está siendo un film bastante controvertido a nivel crítico, y eso está bien: malo cuando se concita la unanimidad. Aún no la he visto, sigo acumulando referencias...

Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Intervenir sueños? ... yo me quedo con lo más complicado que PAPRIKA, anime japonés, presenta.

Saludos, Faraway.

Mucho distanciamiento en el mundo del blog...

Lonnie Blues dijo...

Sabe, estimado Faraway, que yo también me siento inclinado a dar una de cal y otra de arena, como dice el amigo Manuel: coincidimos en que esta película nos deja con un retrogusto extraño - no podemos decir que sea horrenda, ya que no lo es; pero tampoco podemos aplaudirla con el vigor que quisiéramos. En efecto, es larga y demasiado "hablada" por momentos, pero por otro lado tiene imágenes asombrosas y algunos momentos de verdadero interés, sobre todo durante la primera hora y media. Luego me dio la impresión de que las cosas se caían y que el relato se enredaba demasiado. No creo, por cierto, que el bueno de Chris Nolan quisiera hacer una película "seria", "filosófica" o "psicológica" - el tipo no es Tarkovski, sin ninguna duda ;) Coincido en la apreciación sobre la carencia de "dudas morales" de los protagonistas, pero tampoco en ningún momento parecen ser otra cosa que mercenarios a sueldo, y por tanto "amorales". En fin, me quedo esperando la tercera y última entrega de "Batman" - ahí lo quiero ver, o mejor dicho, ahí lo quiero leer :) Un abrazo.

Diego Faraone dijo...

Sé de cine: Claro que sí, a Gondry le fue mejor con los sueños.

Manu: Para hacértela más simple, te diría que un 5/10 o dos asteriscos y medio en cinco. Es decir: ni tan buena como para ser destacable ni tan mala para ser una pérdida de tiempo.

Jesus: Claro que sí, Papurikaaa. Satoshi Kon es muy bueno. Los japoneses en general la tienen mucho más clara en cuanto a universos oníricos. Hace poco vi las Nightmare detective de Tsukamoto! Por dios, estos tipos sí que saben.

Lonnie!!! De acuerdoo. De todos modos esta peli tuvo una excelente recepción. Creo que a la gente le gusta sentirse inteligente, poder decir "la entendí", es como esos tipos que resuelven los sudokus con mucho orgullo y se creen inteligentísimos. En fin.
Gran abrazo!

Joker 23 dijo...

Me gustó tu crítica Faraway, digamos que la estaba esperando y la preveía. Quiero decir que la película tiene aires de genialidad y ostentación: pero la verdad es que, para alguien que ha visto alguna que otra película o leído algún que otro libro, el argumento resulta no solo COMPLICADO, sino, por sobre todo; una REFORMULACIÓN de tópicos tocados una y otra vez anteriormente.

Con esto digo que la película tiene un argumento base que logra entreverar y marear... no marean los sueños con su incoherencia, marean las explicaciones en los dialogos y lo entreverado de la trama.

No me lo imagino a Nolan 10 años pensando el argumento, basicamente por dos razones; la primera es que no lo creo tan estúpido como para tardar diez años en esto. Y la segunda es que El Origen no inventa nada. Pedir "invenciones" a esta altura parece un delirio, ok, pero la película tampoco logra reformular algo: solamente se dedica a juntar temas (sueños dentro de otros sueños, limbo, múltiples realidades), metiéndolos en una licuadora y dándoles una y otra y otra vuelta de tuerca.

En fin...

Saludos!

Diego Faraone dijo...

Estamos de acuerdo entonces. Ya vi y me alegra que hayas retomado las publicaciones en tu blog. Enhorabuena.
Un gran abrazo!

Josep Lloret Bosch dijo...

Estaba demorando leer tu comentario, Diego, porque pensaba verla cualquier día de estos: pero parece que la cosa va para largo, pues la distribuidora ha subido el caché o royaltie o prebenda, y en "mi cine" no la van a exhibir porque iban a perder dinero.

Tal parece, pues, que van sobrados de espectadores y se las dan de exitosos y leyendo tu reseña entiendo que no hay para tanto.

Quizás se acabe de abrir una nueva tendencia de mercadotecnia consisente en encarecer el producto como síntoma de "qualité" y a partir de ahora haya películas "de lujo" y otras para pobres aldeanos...

Seguro, además, que la cosa funcionaría, visto el marquismo que rige el consumismo desaforado.

He ahí una idea que tu, Diego, sabrás aprovechar mucho mejor que yo.

Un abrazo.

p.d.: esa encuesta de las películas de Kar está mal, porque falta el díptico In the mood for love & 2046, así, todo junto... jajajaja....

Diego Faraone dijo...

Josep, habría que pensárselo, sí, este tema del cine mainstream de qualité. Muy buena idea. Que vivan los pobres aldeanos!!! Me quedo con The A team o con Knight and day (muy flojitas ambas, aclaro) que con esta Inception.

Gran abrazo Josep, cómo está tu salud?

Nodicho dijo...

Mi primera visita por este blog, me ha parecido interesante tu artículo y me he animado a escribir un pequeño comentario. Personalmente detesto Inception, sobre todo por petulante (esa excesiva seriedad que tú mencionas, Diego).

Y la duda moral que sugieres no sólo está en esa decisión concreta, sobrevuela toda la película la falta completa de juicio de los personajes. Por eso me inclino a pensar, un poco como Joker_23, que el guión es vulgar, por no decir directamente malo.

Otro punto que es muy interesante analizar es esa exagerada recepción que ha tenido Inception. ¿no os asquea que las palabras "obra maestra" estén por todas partes, que casi cada año haya varias? Una obra maestra es algo único, una rareza que sucede pocas veces. Que Nolan haya sido entronizado poco un genio responde al ansiedad que tenemos de "maestros", de algo que sea de verdad bueno. Tan ansiosos estamos de algo auténtico, que adoramos lo primero que nos pasa por la vista. Inception poco más que ha reinventado el cine, al decir de la mayoría...

Esperemos que el tiempo, siempre tan sabio, coloque a Nolan donde le toca.

Un saludo.

zombre dijo...

A mi me han mirado feo, cuando les digo que no me gusto, y claro no tengo todos los elementos para juzgar, pero es como entrar al sueño de un arquitecto. No alcaza a cuajar Le recomiendo micmacs de jeunet

Saludos