Directo a la coronaria
En la ciudad de Chandler, Arizona, abrió en el 2005 la llamada "The heart-attack grill" (algo así como "La parrillada del ataque al corazón") caracterizada por una oferta gastronómica sumamente particular. Mucho se ha hablado de la comida chatarra en Estados Unidos, y de los graves problemas de salud acarreados por su consumo frecuente, así como se ha visto que las grandes cadenas de comida han incorporado a sus menús nuevas ofertas de líneas naturales, con ensaladas, frutas y demás para "disimular" el daño y disponer al menos la posibilidad de meterle algún alimento sano al organismo.
Pero The heart-attack grill, ahora ubicada en Las Vegas, es exactamente lo contrario: el menú del lugar está basado en la premisa de ser lo más dañino e insalubre posible, y se promueve indisimuladamente esa máxima. Al ingresar, todos los clientes deben ponerse una bata de hospital antes de ser servidos, y las meseras, disfrazadas como sexys enfermeras en vestidos rojos provocativos, llevan estetoscopios colgados, con los que los auscultan al ingresar y apuntan las órdenes en una hoja de "prescripciones". El menú es nefasto: papas fritas cocinadas en manteca pura de cerdo, hamburguesas gruesas de cinco, seis, y hasta ocho carnes apiladas con tomate, cebolla colorada, queso americano y tocino "inalterado", es decir, con toda su grasa sin escurrir. Los panes también están recubiertos con manteca de cerdo. Entre los "servicios" que el restaurant ofrece hay una promoción por la cual los clientes que pesen más de 350 libras (casi 160 kilos) comen gratis, y los que terminan una Hamburguesa "bypass" mayor que la triple (10 mil calorías, o más), tienen el llamativo privilegio de ser trasladados hasta su auto en una silla de ruedas, empujados por una o varias de las "enfermeras". La opción de bebidas incluye la Jolt-cola, que trae el doble de cafeína que una bebida cola normal y coca-cola embotellada en México, endulzada con azúcar verdadera. También venden cigarrillos sin filtro, licor de malta y vino de la marca francesa "fat bastard". Los postres mejor ni describirlos, porque es probable que el lector ya esté empezando a sentirse mal.
Pero esto no se termina aquí. En la página web puede verse ahora un servicio de "spanking" por el cual los clientes que no se terminan su hamburguesa son literalmente castigados por una enfermera armada de una tabla para dar nalgadas. Estas golpizas son difundidas en la web, como una forma de promoción.
Podría pensarse que un lugar así es una bomba de tiempo y que no podría seguir mucho tiempo más con sus puertas abiertas. Pero otro dato significativo es que el restaurant elige "referentes" para publicitarse, hombres obesos que utilizan como portavoces. Uno de ellos, Blair River, murió a los 29 años de una neumonía, pesando 261 kilos. Consultado por los medios, Jon Basso, ideólogo y dueño del restaurante, dice: "no lo niego, si hubiese sido más flaco hubiera sobrevivido". Indignado, el entrevistador arremete: "se puede esgrimir el argumento de que tú usaste a este tipo en vida, y que ahora estás utilizando muy morbosamente su muerte para continuar promocionando tu restaurante", a lo que el dueño responde, "estoy absolutamente de acuerdo, y en una forma enfermiza su muerte está llevando nuestro mensaje más lejos ". Basso declara que Estados Unidos necesita una terapia de shock para curar su obesidad epidémica: "Debo de ser el único dueño de un restaurante en el mundo que está diciendo sin reparos que su comida hace mal, que te va a matar y que deberías mantenerte alejado de ella".
Una semana después de la muerte de River, el establecimento ya tenía otro vocero mastodóntico, que relataba orgulloso: "mi cardiólogo y mi mujer me dicen que no venga a este lugar, y después de haber sobrevivido a un coma, y de haberme expuesto a varias cirugías cardíacas, todavía vengo. Disfruto mucho de las hamburguesas". Las víctimas de The heart-attack grill seguramente sean incontables, pero de algunas hay registros claros: un cliente sufrió un ataque al corazón luego de ingerir una hamburguesa triple; luego de la muerte de River, un segundo portavoz de 52 años, John Alleman, murió de un aparente ataque al corazón en una parada de ómnibus luego de salir del establecimiento. Otra mujer perdió el conocimiento en el local, mientras comía una hamburguesa doble, a la vez que bebia y fumaba.
Una ex-anfitriona aseguró mediáticamente que Basso le habia ordenado grabar un video de un hombre que se desmayó, con la intención de explotarlo mediáticamente. Pero esto no es nada: Basso mismo apareció en Bloomberg TV en un programa televisivo exhibiendo una bolsa que, aseguraba, tenía los restos cremados de un cliente que había muerto de un repentino ataque al corazón.
Ahora bien, ¿por qué la parrillada sigue funcionando a pesar de todo esto? Lo cierto es que Basso cumple con todos los estándares de calidad, y su restaurante tiene enormes carteles en la puerta que dicen: "Precaución: ¡Este local es malo para su salud!" y "Como puede morir antes de que cobremos el cheque, sólo aceptamos efectivo." Basso, gran cínico que está ganando mucho dinero, sabe que no le está colocando una pistola en la sien a los consumidores, que no existen leyes en el estado que puedan afectarle, y que si cerraran su local también deberían cerrar el de las grandes multinacionales que hacen exactamente lo mismo aunque con disimulo.
Las adicciones suelen tener un componente placentero. Pero en muchos casos quizá no se trate de un placer real, sino de uno aderezado con dosis de artificio: la ilusión invocada de que hay cierto "status", "gracia", o "viveza" en arriesgarse a ese consumo. The heart-attack grill quizá sea un símil local a los deportes extremos y esa es precisamente su intención, capitalizar una pulsión de muerte y revestirla con un envoltorio atractivo. La ironía de que sea justamente Estados Unidos el país en que florezca una iniciativa de este tipo es que ¿cómo podría recriminársele a un restaurante el hecho de lucrar con la muerte cuando la industria armamentística, uno de los principales pilares de su economía, juega en el mismo terreno?
Publicado en Brecha el 8/11/2013
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