miércoles, 11 de julio de 2018

Bruno motoneta (Pablo Parés, 2018)

Cocaína para niños 


Es todo un síntoma de la distribución actual que recién el decimotercer largometraje del cineasta argentino Pablo Parés sea estrenado comercialmente en nuestro país. Este director comenzó a filmar hace unos treinta años y hace 21 que sorprendió en algunos festivales de cine fantástico con su debut Plaga zombie, en el cual ya podían verse sus inclinaciones por un cine de género de bajo presupuesto, bizarro, imaginativo y delirante, constantes que se mantuvieron hasta el día de hoy. Alternando el terror, la fantasía, la acción y comedias negras alocadas, este cineasta se ha desempeñado haciendo la clase de cine de géneros que suele verse en países sin una industria. Un cine diferente, que suele verse enriquecido con aspectos culturales locales e ideas novedosas. Así, las películas de Parés cuentan con un encanto especial, surgido en parte por el ingenio necesario para sortear las carencias presupuestales así como por su espíritu lúdico, que compensa las limitaciones con mucha falta de miedo al ridículo y grandes momentos de autoparodia. 
Ahora bien, había que ver al mismo cineasta de obras desquiciadas y sobregiradas como Daemonium, soldado del inframundo y ¡Grasa! abocado a las audiencias adolescentes e infantiles, y como no podía ser de otra forma, esta película sigue fiel a su estilo, aunque esta vez sin los contenidos sexuales y gore que pudieron verse anteriormente. Sin embargo el delirio se mantiene intacto: un científico loco, una cabeza parlante, caníbales y extraterrestres, excéntricos artistas modernos, un perro embalsamado y cadáveres varios son algunos de los elementos que participan de esta explosiva y endiablada producción, que por momentos sorprende con alguna subida de tono –hay bastantes más flatulencias, viscosidades e inmundicias varias que las que suelen verse en una película infantil, e incluso alguna escena de canibalismo puede resultar excesiva para algunos padres– y disparates geniales, como el hecho de que todos los humanos de apellido García sean extraterrestres encubiertos (Charlie García y Gael García Bernal, entre otros), o el fragmento dentro de un bar en el que se sirven minutas con partes humanas. 
Como sea, pese a alguna escena no tan acertada –un pasaje musical que podría haber explotado mejor su extravagante vestuario–, la película cuenta con un ritmo imparable, por lo que, como delirio y como divertimento absoluto, funciona muy bien. 
Los actores protagónicos Facundo Gambandé y Candelaria Molfese son conocidos por su participación en la serie de Disney Violetta, por lo que suponen aquí un atractivo para cierto público adolescente. Por su parte, grandes actores veteranos, como Mirta Busnelli y Claudio Rissi, así como el ex Cha cha cha Fabio Alberti, se desempeñan con una soltura notable, satisfaciendo así, como la película toda, simultáneamente a varias franjas etarias.

Publicado en Brecha el 11/7/2018

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