jueves, 8 de mayo de 2008

Encuentre las diferencias

La asociación que defiende los intereses de los grandes estudios cinematográficos de Estados Unidos, la omnipresente MPAA, (Motion Picture Association of America) no sólo se toma las libertades de pedirle a los cineastas que corten sus películas sino que además oficia de regulador de todo el paquete de difusión de las mismas: teasers, trailers, posters, avisos publicitarios. Hasta ha llegado a exigir la reelaboración de algunas páginas web, como en el caso del portal oficial de la película británica Severance, al cual se le debió rebajar considerablemente sus niveles de hemoglobina. Los criterios que utiliza la MPAA no siempre son claros, y mientras benefician a los paquetes promocionales y las películas provenientes de las majors, suelen coartar al cine extranjero e independiente.
La MPAA considera que los posters, por estar ubicados en lugares públicos, deben ser apropiados para ser vistos por niños, y esto puede sonar como una exigencia sensata. Pero resulta curiosa la desigual tolerancia para unas películas y otras, y el rechazo tajante a la aparición de sangre en los carteles, sea cual fuere su contexto.
Si los censores son coherentes consigo mismos en su histeria por eliminar la sangre, no lo son tanto a la hora de explicar qué es lo que consideran imágenes truculentas. Aquí pueden verse los posters censurados de Severance, Skinwalkers y El camino a Guantánamo, y los mismos “rebajados” y aceptados para su difusión en Estados Unidos.


Aquí abajo, en cambio, posters que la MPAA tolera y que gozaron de difusión sin trabas: en el primero, un sujeto al que se le taladra el suelo bucal, en el segundo un acercamiento a una boca a la que se le arrancaron varios dientes. En ninguno de las dos hay sangre, pero ¿son acaso más “leves” que los que fueron censurados?

En lo referente a los desnudos, el puritanismo de la MPAA alcanza niveles irrisorios, como puede comprobarse en el póster del documental sobre el grupo Dixie Chicks Shut up and sing.














Aunque quizá el caso más asombroso es el que se puede ver comparando el trailer estadounidense de Indiana Jones y la calavera de cristal con su par internacional: ambos duran lo mismo y tienen los mismos planos exactos, pero existen dos diferencias, la primera es que al comienzo de la versión estadounidense puede verse una inmensa bandera de Estados Unidos flameando al viento, ocupando la pantalla por completo. Es un arranque más digno de una película de Michael Bay que de Steven Spielberg. La segunda diferencia está en un plano en que un grupo de soldados norteamericanos rodea a Indiana Jones y a un acompañante, apuntándoles con sus armas. Pero el acompañante de Indiana en el trailer estadounidense no es demasiado digno que digamos, porque levanta las manos cuando nadie le apunta. Lo que sucede es que algunas de las armas que aparecen en el trailer internacional fueron eliminadas digitalmente y otras aparecen apuntando hacia el piso.


Esta actitud de la MPAA es comprensible si se considera que responde a intereses de una porción del stablishment ligada a grandes conglomerados de medios y al partido republicano. Un grupo de poder que le preocupa la unidad patriótica y hace presión por que se introduzcan anticlimáticas banderas, que en tiempos de sangrientas intervenciones en países tercermundistas hacen lo imposible por dar una buena imagen de los soldados de su país, y sienten que es necesario ocultar que sean capaces de apuntar a gente inocente. Resulta llamativo que exista una preocupación por eliminar las armas de la vista del público por parte de los mismos grupos religiosos y conservadores que apoyan soluciones armamentistas a los conflictos y no creen necesario cuestionar las leyes que permiten la tenencia de armas de fuego a casi todos los civiles que así lo desean.

Tristar pictures[1] ha difundido para un concurso de posters una lista de directivas a seguir para que los diseños sean aptos para todas las audiencias. Considerando los retoques al avance de Indiana Jones, es deducible que esas mismas reglas impuestas por la MPAA se están aplicando a los trailers, y son asimismo sumamente ilustrativas para comprender mejor los criterios que se utilizan frecuentemente para calificar las películas.

1. Ninguna desnudez o actividad sexual.
2. Ningún arma apuntando a cámara / disparando a cámara.
3. Ningún arma apuntando a una víctima / disparando a una víctima.
4. No pueden aparecer más de dos armas.
5. Ninguna referencia a drogas / utensilios para drogas.
6. Nada de lenguaje o gestos ofensivos.
7. Nada de sangre.
8. Nada de violencia hacia mujeres.
9. Nada de crueldad hacia animales.
10. Nada de mutaciones / mutilaciones / cadáveres.
11. Nada de violencia excesiva ni brutalidad.
12. Nada de violaciones / abusos.
13. Ninguna persona en llamas.
14. Ninguna persona en una explosión / volando por una explosión.
15. No explotar / sacar provecho de una calificación (ej. “R¨[2] nunca había llegado tan lejos ”, “Prohibida en Boston”).
16. Ninguna degradación por religión, raza o nacionalidad

Es claro que muchas de estas reglas se flexibilizan cuando existen vínculos de los miembros de la MPAA con la producción de los filmes. Puede causar cierta gracia la especificidad de alguno de los puntos, “ninguna persona en llamas”, que permite que algunos productores encuentren hábiles formas de “esquivar” las directivas: ¿un zombi es un cadaver?, ¿se prohibe mostrar personas bañadas en ácido? Y cuidado, porque las imágenes de un hippie fumando marihuana o un recatado desnudo pueden causar más daño emocional que las de individuos en plena sesión de tortura.

[1] Tristar pictures pertenece a la empresa Sony pictures, una de las protegidas por la MPAA.

[2] “R” significa “restringido” y es la calificación aplicada a películas en las que hay algunos desnudos, malas palabras, uso de drogas o ciertos grados de violencia. Es la última calificación antes del NC-17, la cual implica la “muerte” comercial de la película.

Publicado en Brecha 8/5/2008

10 comentarios:

yorgos dijo...

oye, este post es buenísimo! está muy completo y es muy ilustrativo.

es increíble cuán contradictorio es todo esto. la verdad es que me parecen muchísimo más violentos los carteles de Saw o Hostel que el de Skin Walkers. y ya lo de Shut up & sing, que se tape esos cuerpos a los que no se les ve nada, es demasiado. se crean unas pautas a seguir totalemnte hipócritas e incoherentes.

gracias por toda esta información!
saludos!

Gerardo.H dijo...

Los de la MPAA se rigen aparentemente por una moral de catecismo que no ni vale medio pelo (desde el vamos), por lo que ni a ellos mismos termina por convencerles, de la misma manera que no recibiría el apoyo del más abyecto de los individuos…
Faraway, es la historia de todos los tiempos… antes estos espectáculos iban auspiciados por la “santa” iglesia cristiana y ahora le es lícito exhibirlos incluso a una institución como la MPAA.
Cuando hoy en día pulula gente que se permite decir que los tiempos de antes eran bárbaros, ¿quién con la lucidez de percepción necesaria se arriesgaría a decir que hoy los predicadores de la moral no son bárbaros? Los que llevan la égida son los más hundidos en todo sentido, y no van tardar en caer, obvio que no por obra divina sino por la misma “fuerza de la gravedad”. Y para terminar, creo que en este caso me darás la razón, como dijo el persa: “de los que caen, hay que incluso, darles un empujón”.
Saludos.

Josep Lloret Bosch dijo...

Cuanto más profundizas, faraway, en esta temática, más sorprendido quedo por la involución de la industria cinematográfica en U.S.A.
Esto parece corroborar la ley del péndulo, ya que esas exigencias que detallas se parecen enormemente al tristemente famoso Código Hayes que parecía superado hace apenas diez años.
Sin embargo, lo que más me apena es comprobar como los cineastas, artistas al fin y al cabo, se plegan a las exigencias de unos imbéciles.
Por no hablar de la involución que representa que sectores de la mayoría silenciosa admitan como correctas y deseables esas prácticas coactivas.
¡Uf! Creo que el tema puede dar más que para una entrada, para una tesis doctoral... :-)
Un abrazo.

Diego Faraone dijo...

Yorgos: estamos de acuerdo, pero quizá peor es que la censura que puede verse reflejada en esos posters, también puede verse en las películas.

Gerardo H. No soy tan optimista, no creo que el sistema de censura de la MPAA vaya a caer fácilmente, es cierto que su método ya está difundiéndose bastante y muchos ya se dieron cuenta de que es nefasto y arbitrario, pero es una institución de muchísimo poder y que viene gobernando la industria del cine desde hace más de setenta años.

Y josep, precisamente esa lista me hizo acordar, ni bien la vi, al código Hays. Que existan estos tipos de listas, aunque no sean públicas, da cuentas de que la censura es real. Es cierto que es una forma muy sutil de censura, exigen a los directores que corten sus películas pero ellos no se ensucian las manos.
Y si bien es cierto que la mayoría de los directores se pliegan a las exigencias de la MPAA, también hay algunos que optan directamente por no entregar las películas para una calificación y distribuirse solos. Apuntan a exhibirse en festivales y a difundirse más en el extranjero. Son una excepción, pero es el caso de Vincent Gallo con su Brown Bunny y el de John Cameron Mitchell con Shortbus, por ejemplo. Dos películas que contrastan mucho e impresionan, la verdad.
También me temo que hay muchos directores que arrojan la toalla y se plegan a las reglas, como bien decís. No quiero arrojarme demasiado, pero me temo que Lynch, Aronofsky y Tarantino ya las asumieron y eso puede verse reflejado en sus últimas películas, muy buenas todas, de por cierto, pero sin ciertos toques característicos.

Anónimo dijo...

Los defensores de la libertad son también los promotores de la censura. Es una de las grandes contradicciones de un gran país como EE.UU. Muy bueno el post
Un saludo

john mcclane dijo...

Una de las grandes contradicciones de los Estados Unidos, país autoproclamado como defensor de la libertar, incluso censura simples carteles promocionales y cintas que solo ellos ven como una amenaza.

Muy buen artículo
Saludos.

Pecosa dijo...

A día de hoy no sé cómo estará el tema, pero sólo os digo que no hace tantos años, muchas películas españolas (entre ellas, la mayoría de Almodóvar) estaban censuradas y/o calificadas pornográficas en Yankilandia sólo por mostrar desnudos integrales o escenas de sexo.
Proteger a los menores? De qué? De un cuerpo desnudo? De una escena de sexo NO PORNOGRÁFICA? Yo veía escenas de sexo de pequeña, y me considero sexualmente sana.
Respecto a la violencia, un cartel con el perfil de una vampira lleno de sangre es censurable, pero podemos ver dedos cortados, paladares taladrados...
Increíble.

Diego Faraone dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diego Faraone dijo...

Pecosa, sobre lo que decías de Almodovar y la censura en Hollywood
escribí largo al respecto, te lo recomiendo, y no porque lo haya escrito yo:

http://denmeceluloide.blogspot.com/2007/10/censura-en-hollywood.html

Te puedo asegurar que la temática me irrita tanto como a ti.

Y qué bueno que hayas podido ver bien este post, porque en algunas computadoras aparecen las fotos cortadas, vaya uno a saber por qué.
Un abrazo!

matio08 dijo...

Interesante publicación.