sábado, 25 de septiembre de 2010

Resident evil 4 - La resurrección (Resident evil: Afterlife, Paul W. S. Anderson, 2010)

El peor capítulo

El término anglosajón spin-off refiere a un proyecto nacido como extensión de otro anterior, y suele aplicarse al cine para nombrar una película que surge tomando ideas o personajes existentes. El director Paul W. S. Anderson desde hace años que se dedica a filmar casi exclusivamente spin-offs, ya sea en la resurrección de sagas existentes (Alien vs depredador), la remake (Death race) o haciendo películas basadas en videojuegos (Mortal Kombat, Resident evil y esta Resident evil: la resurrección). Siempre hizo películas parecidas: de acción que oscila entre la ciencia ficción y el terror, con variadas dosis de gore, y casi siempre inmersas en entornos futuristas, con tecnologías de punta, estructuras arquitectónicas compactas, espejadas y posmodernas. Sus personajes, muy vistosos, lucen armas sofisticadas y están perfectamente peinados y nutridos a pesar de las adversas circunstancias que supuestamente atraviesan. Anderson es un artesano bastante mediocre que supo construirse un perfil definido, y dentro de todo, algunas de sus películas se dejaban ver y funcionaban como entretenimiento fugaz: La nave de la muerte, Resident evil, y Alien vs. Depredador.
Por su parte la saga de Resident evil tuvo algún momento de dignidad. La primera tenía buenos climas y transmitía cierta sensación de enclaustramiento al estilo Alien, pero la segunda era un producto totalmente rutinario e insulso, de consumo rápido y olvido inmediato; la tercera volvía a levantar un poco el nivel y supo ofrecer su cuota de zombies hambrientos de tripas y matanzas masivas, más algún sobresalto, buenas atmósferas, alguna buena escena de acción, un enfrentamiento final contra un monstruo grandote y desagradable y por supuesto, a Milla Jovovich desmembrando a unos cuantos fiambres ambulantes. Lo curioso de esta nueva entrega es que ni siquiera parece cumplir los requisitos básicos que los consumidores habituales suelen exigir al género: aquí los zombies son sólo una impersonal y circunstancial amenaza que ni siquiera se ve muy seguido, y cuando aparecen son bajados a balazos sin ninguna sorpresa ni dificultad; no se logra generar tensión ni miedo en ningún momento, básicamente porque no existe un conflicto bien definido ni personajes con los que valga la pena identificarse; tampoco hay una trama sólida que seguir, la cinta empieza abruptamente continuando el irrecordable final de la anterior entrega y termina de la misma manera, en un corte a créditos que parece tan arbitrario como el comienzo. Es muy difícil establecer dónde está la presentación, el nudo y el desenlace, y eso que la película parecería pretender una linealidad clásica. Aunque más que una película parece un extracto, un mal capítulo de una serie que quizá tenga algo que ofrecer, en próximas entregas.


Publicado en Brecha el 17/9/2010

2 comentarios:

the goddamn devil dijo...

de verdad la vi porque no tenia nada mas que sea decente...
debo decir que el inicio me gusto y estuvo bien hecho y que para ser pelicula para 3d por lo menos se afanaron en poner el enfoque para que si en 2d se vieran bien en 3d uno botara la baba, pero la historia tiene baches por todos lados, las actuaciones quitando a Milla son risibles y en general uno se queda con la sensacion de ver una pelicula hecha a pedazos que fueron pegados sin ver...
pero bueno son cosas del cine de Anderson, por lo menos a Death Race le dieron algo de linealidad a la historia...
saludos muy bueno

Tati dijo...

Y yo fui a verla al cine, como "regalo" a mi marido, que si, no dejo de babear... Yo no le encontre nada de gracia, y demasiado pero DEMASIADO apuntada al publico masculino, por esas escenas en los baños, con esos planos de mujeres mojadas perfectamente maquilladas y que matan sombies de esa forma tan sexy. Un bolazo total que tanto sombie no le complique la vida ni un solo segundo a lo largo de la peli...