Les tengo que confesar algo: a veces miro hacia atrás estas listas y me digo: ¿cómo recomendé esta mierda de película?, pero por suerte somos gente cambiante y lo que ayer nos pareció bueno hoy nos puede resultar vomitivo y viceversa... Pero bueno, el punto es que esta vez estoy muy seguro de esta selección que les presento hoy. El reencuentro con viejos amigos y sobre todo, la aparición de nuevos talentos (o talentos que ni conocíamos) que aparecen encabezando esta lista, nos recuerdan que el año pasado fue un gran año para el cine mundial. Si aún les queda alguna para ver, háganse de ellas prontamente. Acá el señor se hace enteramente responsable ;)
The Act of Killing de Joshua Oppenheimer (Dinamarca, Noruega, Reino Unidos)
Los flamantes productores de esta película son nada menos que Errol Morris y Werner Herzog. En Indonesia, se vive desde hace cuarenta años un estado de sitio, una dictadura disfrazada de democracia en la cual los gángsters son dueños de la calle y hacen lo que se les place, con perfecta impunidad. Muchos de ellos, héroes nacionales por haber exterminado un millón de comunistas en los años sesenta, hablan sobre las formas de asesinar masivamente, sobre como diezmaron aldeas enteras, violaron y torturaron. Monstruos reales presentados en su cotidianeidad, en uno de los documentales más increíbles jamás filmados.
In the flesh de Jonny Campbell (Reino Unido)
En rigor, es una serie de la BBC, de tan sólo tres capítulos. El ataque de las hordas zombis ya fue repelido por los humanos, y hasta se obtuvo la cura para traerlos de vuelta a sus familias y a sus casas. Pero no todo el mundo está de acuerdo con la reincorporación, y en algunos barrios hay grupúsculos armados, quizá parientes de víctimas de ataques zombis dispuestos a exterminar la vieja amenaza... para un ex zombi la vuelta a la vida no es un camino fácil. Seguramente la mejor expresión audiovisual de muertos-vivos que haya visto, (en efecto, incluso mejor que The night of the living dead).
Gravedad de Alfonso Cuarón (Estados Unidos)
La primera pregunta que surge después de ver este pedazo de película es cómo cuernos hizo Cuarón para filmar algo así. Cine de atmósferas en donde no hay arriba ni abajo, las cosas levitan y se entremezclan, todo se destruye, todo es una cuenta regresiva hasta la muerte segura, no hay movilidad adentro de los trajes y la inercia es el peor enemigo. Una experiencia cinematográfica de la gran puta, una inmersión absolutamente tensa y vertiginosa, extenuante como pocas. Pensábamos que era imposible que una película con Sandra Bullock fuera buena, y nos equivocábamos.
La grande bellezza de Paolo Sorrentino (Italia)
Quién hubiera dicho que el gran Paolo Sorrentino se convertiría en el Fellini de la década del 2010. Pues es así, y qué brutal despropósito que se mandó. De la mano de un periodista mujeriego, noctámbulo, deprimido e indolente, se nos ofrece una visión sobre la vida en los círculos aristocráticos y culturosos de la ciudad de Roma. Con ironía, arrojando ácidos a diestra y siniestra, el protagonista se abre paso a través de una gran galería de absurdo vacío, con la decepción a la vuelta de cada esquina. De a ratos se impone, portentosa e indiscutible, la belleza.
Wolf Children de Mamoru Hosoda (Japón)
La crianza de dos niños-lobos no es tarea fácil, menos aún si la madre es viuda, si ya están crecidos y alcanzaron la primera adolescencia. Allí deben debatirse si optar por seguir una vida en sociedad, junto a otros seres humanos, o en el bosque mismo, junto a otras criaturas. Un animé hermosísimo, logrado por Hosoda, el mismo autor que nos cautivó con The girl who lept through time y la brillante Summer Wars. Con frescura, sensibilidad, sabiduría, y ese humanismo tan propio del mejor cine de animación japonés.
Prisoners de Denis Villeneuve (Estados Unidos)
A dos parejas vecinas les sucede lo peor: sus niñas pequeñas desaparecen, juntas, sin dejar rastro. Luego de buscarlas un buen rato, se impone la certeza de un secuestro. Cuando la policía comienza a investigar, el caso parece tan difícil como inaprensible, y es por esta razón que uno de los padres decide poner cartas en el asunto, con la brillante idea de utilizar la tortura para obtener confesiones. Impactante radiografía de la idiosincrasia religiosa norteamericana, centrada en ese pragmatismo tan suyo a la hora de resolver situaciones. Como thriller policial, la película además funciona de maravilla.
Profesor Lazhar de Philippe Falardeau (Canadá)
En una escuela primaria de Montréal ocurre lo que no debería pasar nunca. Una maestra se suicida en medio del salón de clase. El colegio debe conseguir un profesor sustituto a mitad de año, capaz de contener a un grupo de niños en pleno proceso de afrontar el shock y el posible trauma. El profesor del título, inmigrante argelino, es a quien le toca lidiar con ellos. Una película sensible pero no sensiblera, llevada con mano firme y nada discursiva, que versa sobre las formas de abordar la muerte a nivel institucional y grupal. Sobre los tabúes y las dificultades de integración.
El conjuro de James Wan (Estados Unidos)
Lejos del terror posmoderno y bobalicón a lo Cabin in the woods, acá tenemos una narración simple y clásica, una concepción firme, marca del malayo James Wan, personajes muy bien logrados y horrores atemporales. La recomendación podría ir acompañada también de la notable Insidious 2, pero creo que esta es aún más perfecta y está mejor resuelta. Los mejores detalles son la apariencia de naturalidad y hasta cierto humor, que lo religioso esté exento de rollos grandilocuentes y, naturalmente, ese gran exorcismo final. Wan dice que se retira del cine de terror, y es una verdadera pena.
Una pistola en cada mano de Cesc Gay (España)
La crisis de identidad a los 40, desde múltiples perspectivas. Con mucha puntería, el realizador catalán Cesc Gay plantea una película casi feminista en la que expone, como en una obra coral, a varios personajes masculinos que bordean el patetismo, llegados a un punto vital en el que se ven entrampados, o tomando decisiones claramente equivocadas. Los personajes son inolvidables en parte gracias a la inmensa selección de actorazos, de los mejorcitos que pueden encontrarse por la península ibérica, más algún otro de por acá cerca...
Las ventajas de ser invisible de Stephen Chbosky (Estados Unidos)
Seguramente una de las sorpresas del año. Es ciertamente extraño que un novelista intente dirigir una película y le quede tan bien. Las típicas dificultades de un adolescente introvertido y estudioso para encajar en una secundaria son expuestas con comprensión y humanismo, y cuando el chico es adoptado por un par de amigos que no parecen tenerle miedo a nada, el vínculo lo lleva a sus primeras vivencias y decepciones. Una película que expone con sensibilidad una etapa vital en la que los lazos humanos son determinantes, y el profundo dolor que surge al perderlos y tener que afrontar definitivamente la adultez.