Esta selección viene condimentada con mucho gore, asunto curioso, visto que no hay ni una película aquí que pueda encasillarse dentro del género del terror. Ahora, considerando lo sanguinolienta que quedó, le recomiendo a la gente sensible o que se asesore con una segunda opinión o que busque recomendaciones en otro blog; que por acá no nos andamos con mariconadas.
A touch of sin de Jia Zhang-ke (China)
¿Qué pasa si cruzamos al Kitano más violento con el Jia Zhang-ke más comprometido? La respuesta es esta película, una de las más demoledoras representaciones de la China actual, un fresco que pone en evidencia sus mayores contradicciones, sus insufribles trasfondos, la cara más sórdida de la más desacatada industrialización, del "progreso" a marchas forzadas y del alzamiento de una megapotencia a costa de mucha miseria humana. A mi parecer, la película del año, y otra insuperable obra maestra de uno de los más grandes cineastas que tenemos la suerte de seguir en vida.
Que el cine chileno viene en alza no es novedad para nadie, pero realmente quedé impactado con esta película. La Gloria del título es una mujer de 58 años, solitaria, con hijos ya mayores y divorciada. Por las noches, las fiestas, el baile y la bebida parecen ser una fuente de entusiasmo y quizá, la forma de entrar en contacto con algún pretendiente. En estas vueltas, conoce a un señor con el que podría intentar una relación, pero como dice el refrán, el diablo sabe más por viejo que por diablo y la desconfianza está a la orden del día. Un guión superior, que explora comportamientos humanos presentes no sólo en determinada franja etaria, sino en todo el abanico vital.
La vida de Adèle de Abdellatif Kechiche (Francia, Bélgica, España)
Mientras expreso mi fanatismo por la obra del director Abdellatif Kechiche y rindo cultos varios a criaturas maravillosas como Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, festejo que esta película se haya llevado la palma de oro en Cannes el año pasado (aunque venía peleado el asunto, con Jia Zhang-ke, Sorrentino y Farhadi en competencia). El recorrido a través de la vida afectiva y sexual de una chica supone un tórrido y sensible fresco sobre la iniciación en las pasiones, las decepciones y los duelos amorosos, sin buenos ni malos, sin culpables o victimarios, áspero como la vida misma, agridulce y doloroso. La puesta en escena y la dirección de actores son sorprendentes.
Snowpiercer de Bong Joon-ho (Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, República Checa)
El experimento para solucionar el asunto del calentamiento global falló y las sustancias enviadas a la atmósfera convirtieron a nuestro mundo en un páramo helado. Los últimos sobrevivientes al apocalipsis son un grupo de pasajeros de un tren autosustentable, que gira alrededor del mundo en un loop eterno. Pero adentro de este tren se reproducen las peores injusticias, las desigualdades y el más inaceptable cinismo, característicos de nuestros tiempos... Para hacer la revolución hay que saber romper con los paradigmas y los parámetros esperables, si no es que se pretende caer otra vez en más de lo mismo.
Sarah prefiere correr de Chloé Robichaud (Canadá)
Y lo bien que hace. Con su pelo anudado, ojos enormes y una mirada extraviada, Sarah (imponente Sophie Desmarais) supone un gran enigma para el espectador. Lo único que sabemos con certeza es que le gusta mucho correr. Frente a las imposiciones sociales, los reclamos familiares, el despertar sexual, los nuevos mandatos y los caminos que se abren, ella prefiere desobedecer a su madre, seguir su propio rumbo y abocarse obsesivamente a un equipo universitario de carreras. El debut de la joven directora Chloé Robichaud está dotado de una deslumbrante fuerza poética, con ascetismo y convicción.
Headhunters de Morten Tyldum (Noruega, Suecia, Dinamarca, Alemania)
A pesar de ser el headhunter (cazatalentos) más hábil de todo Noruega y de poseer todos los bienes materiales como para satisfacerse, el protagonista debe compensar su complejo de inferioridad y su vacío existencial con dosis sustanciales de adrenalina y el hurto a particulares de sus valiosas obras de arte. Un thriller increíble que alterna intensos robos, una persecución sanguinaria y un sorprendente y catártico contraataque. Imperdible adaptación de un noir escandinavo (esta vez una obra del novelista Jo Nesbø) que aporta una trama que no da respiros y hasta se permite alguna inteligente reflexión en torno a la vida marital y sus pormenores.
Tirannosaur de Paddy Considine (Reino Unido)
Después de matar a patadas a su perro, el protagonista ya se ganó una sustanciosa condena moral. Sin embargo, a lo largo de la película esta lacra humana va despertando un interés considerable, en su desprecio compulsivo a todo lo que le rodea, en su deambular por los bajos mundos de Leeds, Inglaterra. Consumido por la ira y la violencia, el hombre parece encontrar una esperanza en la caritativa ayuda de la trabajadora de una tienda, cristiana convencida que intentará apaciguar sus ánimos. Otra gran ópera prima.
Why don't you play in hell? de Sion Sono (Japón)
Los "Fuck bombers" son al cine lo que la soda cáustica a la función intestinal. Guerrilla pura, descontrol, cine callejero duro, crudo y sin concesiones. Pero cuando este equipo desquiciado es contratado por un grupo de yakuzas para filmar y registrar directamente una guerra entre bandas, los sueños de sus integrantes de lograr por fin su "obra maestra" se vuelven realidad. Lo que hicieron dignamente Fellini, Truffaut, Kiarostami y tantos otros reconocidos cineastas, Sono lo redobla concibiendo cine dentro del cine como nunca antes se había hecho. Un bizarro y anárquico exabrupto gore, con el pulso de un maestro. Larguísima vida a uno de los cineastas japoneses más delirantes de todos.
Tucker and Dale vs Evil de Ely Craig (Canadá, Estados Unidos)
Una divertidísima parodia al cine slasher que se encarga de utilizar los parámetros del género para subvertirlos, al tiempo que se burla de los prejuicios y del miedo a lo desconocido imperantes, aún entre jóvenes. No tengo muchas ganas de andar destripando el argumento, pero puedo afirmar que a grandes rasgos todo tiene que ver con un grupo de adolescentes que se va a acampar a las montañas, que una gran amenaza parece cernirse sobre ellos, y que empiezan a morir como moscas, uno por uno. Pero no se engañen, que la película no tiene mucho que ver con lo que en este momento se están imaginando.
El lobo de Wall Street de Martin Scorsese (Estados Unidos)
Luego de una debacle económica que sacudió y hundió a la clase media estadounidense, el maestro se desquita con una película anárquica, sobregirada y feroz, que supone el definitivo desprestigio de esos corredores de bolsa que antes eran encumbrados en el cine y que llevaron a un país a la ruina a fuerza de ambición, aderezada con mucha coca y adrenalina. Una película imperfecta, desprolija y desacatada, que ofrece un cúmulo de esas escenas que se hacen imposibles de olvidar. Y chapeau por Matthew McConaughey, que la rompe los pocos minutos que aparece.
1 comentario:
Buenisimas las reviews Fara, me tento Snowpiercer y Lobo de Wall Street. :)
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